Un equipo internacional de investigadores, liderado por españoles, ha constatado que el aumento de la aridez disminuye la abundancia y diversidad de los microbios del suelo, como las bacterias o los hongos, fundamentales para mantener la fertilidad del suelo y la captura del CO2 emitido por los humanos.

Esta es la principal conclusión de un estudio sobre zonas áridas de todo el planeta y cambio climático que publica la revista PNAS, liderado desde la Universidad rey Juan Carlos de Madrid.

Según Fernando Tomás Maestre, primer firmante de este artículo, este estudio es el primero que ha analizado a escala global y de manera simultánea las comunidades de bacterias y hongos del suelo.

En concreto, el trabajo incluye datos tomados en 80 ecosistemas situados en todos los continentes excepto la Antártida.

Según ha explicado Maestre, para llegar a la conclusión de a más aridez menos microbios en el suelo, los investigadores han obtenido información in situ sobre la vegetación de esos ecosistemas y han recogido muestras del suelo para luego analizarlas en el laboratorio.

"Para estudiar las comunidades microbianas extraemos el ADN del suelo y ''leemos'' las secuencias existentes en el mismo, que luego se comparan con bases de datos para conocer así las especies existentes en las muestras", ha detallado este experto, quien ha añadido que en España se han muestreado 19 ecosistemas.

Los resultados de este trabajo "nos ayudan a comprender los factores ambientales que determinan la distribución de las bacterias y hongos del suelo, así como su respuesta al cambio climático, ya que éste está trayendo consigo un aumento del grado de aridez de buena parte de la superficie terrestre".

Y es que las zonas áridas tienen gran importancia a nivel mundial, ya que cubren el 41 % de la superficie terrestre y alojan al 38 % de la población humana.

Según los autores de este trabajo, entre los que también hay científicos de la Universidad de Córdoba, de la Pablo de Olavide (Sevilla) y de la Politécnica de Madrid, la importancia de estos ambientes se va a incrementar en el futuro, ya que los estudios más recientes apuntan a que su extensión global puede aumentar hasta en un 23 % debido al cambio climático.

"Hemos encontrado una reducción de la abundancia y diversidad de bacterias y hongos proporcional al aumento de aridez en los ecosistemas estudiados", ha subrayado Maestre.

Los investigadores describen en su trabajo los posibles mecanismos que están detrás de esta respuesta: el aumento de aridez provoca una disminución de la cobertura vegetal y por tanto de la entrada de carbono al suelo, el cual es utilizado como fuente de energía por los microorganismos edáficos.

"En otras palabras, si hay menos vegetación debido a un aumento de la aridez, hay menos carbono y por lo tanto menos microbios".

Según Manuel Delgado, de la Universidad del Oeste de Sidney (Australia), los resultados sugieren que un incremento de aridez afectará especialmente a grupos de microorganismo altamente funcionales.

Esto podría acarrear un impacto negativo en procesos clave para el mantenimiento de los ecosistemas, como el reciclado de la materia orgánica (conversión de los elementos químicos que forman parte de los organismos muertos para que puedan ser aprovechados por las plantas y otros seres vivos).

En este estudio han colaborado 30 científicos de 10 países y se enmarca dentro del proyecto Biocom, financiado por el Consejo Europeo de Investigación.