Biólogos españoles han hallado en aguas de Cuba una babosa marina capaz de cambiar voluntariamente de color, desde la transparencia al gris jaspeado pasando por el blanco, una capacidad camaleónica inusual en moluscos marinos por lo que ha sido bautizada con el nombre de David Bowie.

Los autores del descubrimiento son Leopoldo Moro, del Servicio de Biodiversidad del Gobierno de Canarias, y Jesús Ortea, de la Universidad de Oviedo e investigador asociado al Instituto de Oceanología de La Habana, y el primero de ellos indica que es sorprendente la característica del cambio voluntario de coloración. Esta propiedad en los animales marinos, ya sea cambiar de color como hacen los camaleones por motivos de camuflaje, intimidación a un posible depredador o por formar parte de un elaborado y singular cortejo, no es muy común en la biota marina de invertebrados.

Los moluscos cefalópodos destacan por las elaboradas modificaciones cromáticas de su cuerpo, comparables a las de animales tan complejos como el rodaballo, capaz de reproducir los cuadros de un tablero de ajedrez si se coloca sobre él. En el resto de los moluscos marinos sin concha son frecuentes las diferencias cromáticas entre individuos de una misma especie, pero los cambios de coloración del cuerpo en un mismo individuo no van más allá de ser modificaciones debidas a una alimentación diferenciada, nunca son cambios voluntarios. Sin embargo, esta nueva especie pasa de la transparencia, cuando reposa inmóvil bajo las piedras del fondo, al gris jaspeado y llega hasta el blanco, lo que motivó su dedicatoria al desaparecido David Bowie, "un músico genial de figura cambiante".