El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió ayer al mundo resistir lo que denominó "intentos por readmitir la tortura", como medio de lucha contra el terrorismo o de cualquier otra amenaza.

"Tenemos que resistir de manera contundente los llamamientos para reinstaurar la tortura porque es cobarde, produce información que no es útil y llena de vergüenza a cada país que la práctica", dijo en un discurso durante la inauguración de la primera sesión anual del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

"Igualmente enfrentémonos a los esfuerzos por reinstaurar la pena de muerte", continuó.

Por otra parte, Guterres denunció en su intervención que los derechos humanos de los inmigrantes y refugiados están bajo ataque, y dirigiéndose nuevamente a los Estados miembros de la ONU les invocó a que protejan a estos grupos desposeídos y perseguidos.

"El tráfico de personas está en aumento y vemos a tanta gente que huye de guerras que la comunidad internacional no debe eludir sus responsabilidades", reflexionó. Guterres dijo que los derechos humanos están en un periodo "de emergencia", que los abusos y violaciones son "una enfermedad que se está expandiendo" y que el trabajo del Consejo de Derechos Humanos "es parte de la cura".

El mayor valor de este organismo, enfatizó, es su capacidad de alertar al mundo sobre crisis que se avecinan y que se tomen medidas para evitarlas. Para ello, Guterres instó a los miembros del Consejo de Derechos Humanos, compuesto por 47 Estados, a actuar de manera imparcial, sin dobles raseros y que rechace cualquier utilización política de los derecho humanos.