La vigésima sexta campaña de excavaciones del yacimiento paleoantropológico de la sima de las Palomas, en Torre Pacheco (Murcia), ha descubierto el fragmento de una mandíbula de niño neandertal, con lo que ya son 11 los adultos y niños de esa especie los hallados desde el inicio de los trabajos.

El director de las excavaciones, el catedrático de Antropología de la Universidad de Murcia Michael J. Walker, ha afirmado hoy en la presentación de los resultados de esta campaña que "hay tres esqueletos articulados en los sedimentos acumulados posteriormente en el talud de la sima" localizada en el Cabezo Gordo y hallada por azar por un escalador que vio mandíbulas cuando hacía rápel en 1991.

Esos esqueletos articulados, de dos adultos y un joven, con una antigüedad de unos 50.000 años, se suman a huesos de otros siete individuos, tanto adultos como niños y bebés, y a este último fragmento de mandíbula de otro individuo, ha explicado Walker.

Uno de los esqueletos adultos, bautizado como Paloma, es de sexo femenino, está considerado el neandertal más completo de todo el litoral mediterráneo europeo y posee la pelvis de esa especie más completa del mundo.

La excavación ha alcanzado los seis metros bajo tierra, con un volumen excavado de unos 80 metros cúbicos en un yacimiento cuya antigüedad se calculaba en 2016 entre los 65.000 y los 90.000 años, superior a los 50.000 de los que datan los tres esqueletos articulados hallados hace ya una década, aunque los últimos análisis señalan que en la capa actual podría hablarse de hasta 130.000 años.

En la campaña de 2017 también se han encontrado huesos y dientes de lobo y de un herbívoro mayor que parece ser un rinoceronte y que se suman a las más de 300 piezas halladas entre restos de animales como tortugas, conejos y ciervos y útiles de sílex, mármol y cuarzo como puntas y raederas del período musteriense del Paleolítico.

De campañas anteriores se conservan también huesos de rinoceróntidos, elefántidos, cérvidos, uros, caballos silvestres, jabalíes, cabras hispánicas, lobos y panteras.

También hay polen de pino, carrasca, coscoja, avellano, abedul, haya, olmo, sauce, arce, tejo, lentisco, madroño, palmito, olivo silvestre, enebro, hiedra y boj, propios de un clima más húmedo que el actual de la zona.

Algunos de los restos hallados en sucesivas campañas, en su mayoría pequeños y triturados, están carbonizados, lo que indica la importancia del lugar para el asado de carne.

En los trabajos de la sima del Cabezo Gordo han colaborado especialistas de las universidades de California, Indiana, San Luis, Miami, Rutgers, Carleton y Nueva York (Estados Unidos); Nottingham, Bristol, Bournemouth, Glasgow, Reading, Leicester y Cambridge (Reino Unido), Sidney (Australia), Burdeos (Francia), Zúrich (Suiza), Oslo (Noruega) y Vancouver (Canadá) y del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, de Leipzig (Alemania).