Los macrodatos (Big Data) permiten diagnosticar enfermedades e incluso componer arte, pero no pueden predecir resultados de la lotería, porque el azar no encierra un conocimiento que delate tendencias en favor de unos números u otros.

Así lo explicó a , el catedrático de Matemáticas aplicada a las TIC de la Universidad Politécnica de Madrid, Pedro Zufiria, y codirector de la Cátedra Orange en dicha universidad.

El juego da empleo en España a casi 84.000 personas y en 2016 se generaron casi 4.000 nuevos empleos en el sector, especialmente en el ámbito de los salones de juego y locales de apuestas, según datos de un reciente informe de la Universidad Carlos III de Madrid y la Fundación CODERE.

En los juegos puramente de azar, como la lotería, lo ocurrido en el pasado no tiene nada que ver con lo que puede suceder en el futuro; no existe correlación de acontecimientos que se puedan comparar ni analizar por muchos datos que se tengan, según Zufiria.

En la lotería, "los datos no aportan nada" para delimitar componentes que se puedan combinar o cruzar para establecer paralelismos o patrones que pudieran repetirse con regularidad. "No conocemos variables fuera ni dentro del bombo, ni en las bolas", que posibiliten mediciones susceptibles de cambiar el destino de lo que puede ocurrir. "La información de los sorteos pasados no afectan para nada a los futuros", explicó.

"Con el azar puro no hay regularidades ocultas, ni escondidas, más allá de las que corresponden al propio azar", no existen sesgos que puedan alterar unos resultados obtenidos por casualidad, como es el caso de la lotería, en donde el bombo y las bolas no presentan alteraciones significativas, y la probabilidad por tanto de que salga un número u otro es prácticamente la misma.

Cuando existen "sesgos" sí existe cierto margen de predicción. Por ejemplo, dados trucados, o ruletas no perfectas, cuyas imperfecciones pueden favorecer alguna regularidad en los resultados.

En la Lotería de Navidad, ni siquiera un leve defecto del bombo sería detectable con la inteligencia de datos ("Big Data") dado que la serie histórica de sorteos es demasiado pequeña para establecer conclusiones. Se necesitaría información de muchísimos años, según Zufiria.

Como anécdota cita el caso del conocido despacho de lotería de Doña Manolita, en Madrid, que tradicionalmente "regala" mucha suerte, pero no porque sus décimos tengan más probabilidades de ser premiados, explicó, sino por su gran volumen de ventas.

En juegos como las quinielas, el azar no es absoluto, sino que se combina con otros componentes que mantienen cierta regularidad y que determinan posibilidades de predicción.