Un estudio internacional en el que ha participado el Instituto Catalán de Paleontología (ICP) Miquel Crusafont y que ha analizado las formas de caminar de 77 gorilas de montaña cuestiona el modelo actual de evolución del bipedismo en los homínidos.

El estudio, que ha publicado la revista "American Journal of Physical Anthropology", ha revelado que los gorilas de montaña se desplazan apoyando las manos en el suelo de formas muy diferentes, y no solo con los nudillos, como se creía hasta ahora.

Un 40% de los ejemplares estudiados usaban formas diferentes de apoyo, algunas nunca vistas en gorilas.

Según los investigadores del ICP Pere Figuerola y Sergio Almécija, "tradicionalmente se ha considerado que los gorilas, chimpancés y bonobos, a la hora de desplazarse por tierra, lo hacían apoyando los nudillos de las extremidades anteriores contra el suelo".

Esta manera de moverse (conocida como "knuckle-walk" en inglés) permitiría a estos primates de dedos largos desplazarse eficientemente cuando bajan de los árboles y se considera que habría sido un paso intermedio hacia el bipedismo que presentan los humanos actuales, donde las manos ya no tienen ninguna función locomotora.

Sin embargo, el estudio, encabezado por los investigadores Nathan E. Thompson (NYIT College of Osteopathic Medicine) y Sergio Almécija (asociado a la George Washington University y al Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont), ha documentado un repertorio mucho más amplio en la forma de apoyar las manos sobre el suelo de los gorilas de montaña.

Los investigadores analizaron imágenes en vídeo de 77 gorilas que viven en los parques africanos de Biwindi Impenetrable National Park (Uganda) y Volcanoes National Park (Ruanda).

El análisis de las imágenes reveló que, además del "knuckle-walk", alrededor del 40% de los animales utilizaban también otras posturas cuando se desplazaban, algunas de las cuales no se habían descrito antes.

"Hemos visto que en aproximadamente un 15% de los pasos que daban, los animales no ponían los nudillos en contacto con el suelo", ha explicado Sergio Almécija.

Los investigadores han observado que a menudo apoyaban las palmas o el dorso de la mano y las muñecas.

"Aunque ya se habían descrito algunas de estas posturas, no deja de ser curioso que nadie hubiera cuantificado con qué frecuencia sucedían", ha comentado el investigador del ICP.

Teniendo en cuenta que el "knuckle-walk" es considerado por muchos investigadores como un tipo de estado intermedio entre el desplazamiento cuadrúpedo y el bipedismo, la existencia de un repertorio complejo de posturas de las manos altera las interpretaciones actuales de la locomoción de los grandes antropomorfos africanos y su papel en la aparición del bipedismo humano, según los investigadores.

Con estos resultados, los autores del estudio han lanzado la hipótesis de que podría ser que el ancestro común de los grandes antropomorfos y los humanos también dispusiera de un repertorio muy amplio de posturas, lo que abriría la posibilidad a que el bipedismo humano hubiese evolucionado a partir de alguna de ellas.

Los 77 animales analizados representan un 8% de la población mundial de gorilas de montaña, una especie gravemente amenazada por la degradación de hábitats y la caza de los furtivos.

Almécija pasó un total de tres meses en África estudiando la locomoción de los gorilas de montaña y otras especies de primates y el ambiente en el que viven.

A pesar de tener que caminar durante más de ocho horas diarias por los poco accesibles bosques de montaña donde viven estos animales, el investigador afirma que la experiencia es lo más parecido a un salto temporal al pasado, cuando los grandes antropomorfos dominaban la Tierra.