Los niños del centro para albinos de Kabanga nunca habían ido al oculista. De hecho, han sido los especialistas quienes han acudido a ellos para ayudarles: gracias a una iniciativa española, podrán tener gafas adaptadas para sus problemas visuales, comunes entre quienes sufren de esta afección.

La Fundación Ruta de la Luz, promovida por el grupo de ópticas Cione, ha llevado a esta localidad del noroeste de Tanzania, cercana a la frontera con Burundi, a tres ópticos-optometristas españoles, Arturo Casas, Marisa Galdón y Beatriz Jiménez, que durante diez días han ayudado a los 107 niños y niñas con albinismo que viven en este refugio.

En este país del África oriental, los albinos siempre han sido víctimas de persecuciones debido a creencias tradicionales, lo que continúa en la actualidad: en 2015 los datos registrados muestran 76 denuncias por muertes de menores y adultos albinos, mientras que otros 69 fueron víctimas de ataques y 19, de violaciones.

Tanzania es el país con mayor concentración de albinos, algo que se debe, según algunas teorías, a la bigamia.

Los albinos africanos, que ya se enfrentaban a una situación muy complicada con una esperanza de vida de entre 25 y 30 años, vieron en 2006 cómo los hechiceros tanzanos expandían la creencia de que comerse a un albino puede traer suerte.

Desde entonces, se han registrado asesinatos, mutilaciones y secuestros para extraer partes de sus cuerpos para elaborar pócimas. Por ello, el Gobierno decidió crear centros de protección para defender y tratar de cubrir las necesidades básicas de los menores con albinismo.

Los problemas derivados de esta condición genética no solo comprenden la persecución y las amenazas, sino que entre ellos también destacan algunos relacionados con la salud ocular: una menor agudeza visual, estrabismo, descontrol de los músculos de los ojos o fotofobia son algunas afecciones que padecen habitualmente los albinos.

Los expertos enviados por la Fundación descubrieron diferentes patologías que afectaban a los niños del centro, así como otras enfermedades evitables como la conjuntivitis -común en zonas de poca higiene, mucho polvo y alta exposición-, por lo que les ofrecieron formación sobre el cuidado y el lavado de los ojos.

La Fundación Ruta de la Luz asegura que se encargará de que cada uno de estos niños tengan sus gafas graduadas y adaptadas a sus necesidades de manera gratuita.

"Este proyecto ha supuesto un antes y un después para estos niños y niñas y para su desarrollo. Garantizar el acceso a una salud visual adecuada hará que tengan la posibilidad de salir a jugar al exterior ya que les proporcionaremos filtros especiales en cada gafa para leer, estudiar y labrarse, tal vez, un futuro mejor", celebra Casas en un comunicado de la fundación.

Y es que la multinacional especializada en lentes Carl Zeiss Vision, que colabora con el proyecto, aportó lupas especiales para que los menores puedan seguir las clases con normalidad y donará todas las lentes necesarias para estos jóvenes, con filtros especiales para cada caso.

"Estamos muy satisfechos de haber colaborado con este proyecto (...), ayudando fundamentalmente a personas albinas que, gracias a sus nuevas gafas, cristales con filtros o lupas podrán ver el futuro con optimismo", indicó la directora de mercadotecnia de la filial española de Carl Zeiss Vision, Laura Rocha.

La atención de los tres expertos no se ha limitado solo a los menores con albinismo: en las diez jornadas que han estado en la zona han practicado 443 exámenes visuales a todos los niños del centro y colegios cercanos, así como a sus cuidadores y profesores.

En el centro de Kabanga conviven con los albinos otros 170 menores con discapacidades físicas, psíquicas y deficiencias visuales y auditivas, a los que el Gobierno garantiza seguridad, alojamiento, manutención y escolarización pública.

"Centros como este, en los que conviven niños albinos con niños que no lo son, hacen que crezcan en una educación de igual a igual. Así puede que, con el tiempo, se consigan destruir los estigmas sociales que hay desde hace tantos años y que han provocado ya tantas muertes", desea la responsable de la iniciativa, Sara Calero.