Científicos de los Institutos Español de Oceanografía (IEO) y Geológico y Minero (IGME) han conseguido describir en el Atlántico 40 pequeñas montañas submarinas de hasta 250 metros de altura situadas al oeste de las Islas Canarias, a profundidades de entre 4.800 y 5.200 metros.

Un equipo de ocho investigadores, encabezados por Olga Sánchez Guillamón y Luis Fernández Salas, de los Centro Oceanográficos de Málaga y Cádiz, presenta en la revista "Geosciences" el resultado de examinar con nuevas técnicas acústicas de alta resolución y modelos digitales de elevación fondos muy profundos localizados al oeste de Canarias, pero que forman parte de su misma cuenca geológica.

El trabajo consigue describir la morfología de 40 pequeños montes con diámetros que oscilan entre los dos y los 24 kilómetros y laderas con pendientes de una inclinación entre dos y 24 grados, que se encuentran a unos 500 kilómetros de La Palma y El Hierro.

Los fondos que circundan el archipiélago español están salpicados por grandes montañas submarinas de varios millones de años de antigüedad, formadas por las mismas dinámicas geológicas que construyeron las Islas Canarias. De hecho, en algunas de ellas se han documentado pruebas de que en algún momento fueron islas.

Esas montañas están en situadas tanto al suroeste de El Hierro (Bimbache, The Paps, Echo, Tropic...) como a nordeste de Lanzarote (La Concepción), tienen dimensiones muy considerables, como los 4.300 metros de altura de Tropic o los 221.168 Km de perímetro de The Paps, y en algunos casos atesoran riquezas minerales, con altas concentraciones de metales como el cobalto o el telurio.

Este nuevo trabajo que publica "Geosciences" presenta como novedad centrarse en montes de tamaño menor, cuya morfología y características consiguen describir sus autores a pesar de encontrarse en fondos oceánicos muy profundos, de unos 5.000 metros.

Este equipo del IEO y el IGME explica que se trata tanto de cúpulas hidrotermales como de volcanes dispersos formados por intrusiones de magma que se remontan al periodo Cuaternario.

La gran mayoría de ellos son elevaciones con bases de dos a 34 kilómetros cuadrados de superficie y un volumen total que oscila entre 0,005 kilómetros cúbicos, en el menor de los casos, y 0,7, en el mayor. Solo un monte de los 40 explorados en este trabajo excede esos tamaños, con 440 km2 de superficie y 11 km3 de volumen.

Los autores precisan que la altura y la inclinación de estos montes "proporcionan una idea" sobre cómo crecieron en vertical y si les afectó o no algún tipo de inestabilidad en su base que haya podido hacer que se hundiera parte de su edificio. En el caso de los que se ha constatado que son volcanes, la altura también indica cuán explosivas fueron las erupciones que los formaron.

Los catalogados como cúpulas hidrotermales tienen alturas de diez a 90 metros, mientras que los reconocidos como volcanes se elevan por encima de los 250 metros, con inclinaciones de hasta 25 grados.

"De acuerdo con estas premisas, los edificios descritos experimentaron diferentes pautas de crecimiento, que reflejan los diferentes mecanismos que provocaron su crecimiento vertical y el grado de inclinación de sus laderas", apuntan.

En el caso de las cúpulas, los datos recabados por este estudio indican que crecieron básicamente ampliando su diámetro, pero sin que cambiara significativamente su altura, mientras que los volcanes presentan formas diversas, que incluyen montes con uno o varios picos, con estructuras espirales o con cráteres en la cumbre.

Los fondos donde se encuentran estas montañas fueron examinados en cuatro campañas oceanográficas por los buques "Hespérides" de la Armada y el "Sarmiento de Gamboa" del CSIC entre 2010 y 2013, que los exploraron con técnicas de batimetría de alta resolución.