El Hospital de Sant Pau de Barcelona ha probado con éxito un nuevo dispositivo óptico no invasivo y portátil, que consiste en un sensor con luz infrarroja que escanea el cerebro en tiempo real y ve el flujo sanguíneo y la oxigenación de la sangre después de un accidente cerebrovascular.

El dispositivo, que ha sido usado por primera vez en la sala de emergencias del Hospital de Sant Pau con cinco pacientes que llegaron con un ictus isquémico agudo, también permite ver si la obstrucción en el vaso se disuelve con el tratamiento.

La nueva tecnología ha sido desarrollada por el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) y financiado por la Fundación Bancaria "la Caixa", la Fundación CELLEX de Barcelona y el Ministerio de Sanidad.

Según los médicos, el dispositivo puede ser una herramienta clave para reducir las consecuencias de los "ataques cerebrales", que ocurren cuando se produce un bloqueo del flujo de sangre a un área específica del cerebro causada por un coágulo que obstruye el vaso o porque el vaso sanguíneo se rompe.

El creador del sistema ha sido un equipo del ICFO dirigido por el profesor Turgut Durduran, con la colaboración de la Unidad del Ictus del Hospital de Sant Pau, que coordina la doctora Raquel Delgado-Mederos.

El desarrollo del dispositivo, que publica "OSA Biomedical Optics Express", proporciona a los médicos una monitorización en tiempo real del accidente y les ayuda a determinar, de manera inmediata, si el tratamiento elegido aplicado al paciente ha sido efectivo o no.

Durduran ha estado trabajando en esta técnica durante muchos años, con la certeza de que podría convertirse en una futura herramienta potente para hacer una monitorización médica no invasiva y ayudar a mejorar los sistemas de diagnóstico actuales.

"El dispositivo óptico utiliza técnicas de óptica difusa en el rango infrarrojo cercano para medir el nivel de oxígeno en la sangre y el flujo sanguíneo. Es un dispositivo portátil, no invasivo, de bajo coste y fácil de usar que puede colocarse junto a la cama de cualquier paciente en la sala de emergencia y usarse en tiempo real para monitorizar a los pacientes y alertar a los médicos si están evolucionando bien o no", ha detallado Durduran.

El investigador ha explicado que el dispositivo envía luz infrarroja al cerebro del paciente, que viaja a través del cráneo y alcanza las capas más externas del cerebro.

A medida que la luz viaja a través de los tejidos, interactúa con el tejido cerebral y se dispersa de diferentes maneras dependiendo de su composición.

La información se recupera luego mediante un detector que se encuentra a pocos centímetros del emisor de la fuente de luz y determina los parámetros del flujo sanguíneo y los niveles de oxígeno en la sangre.

"Los sistemas de diagnóstico actuales que miden el flujo sanguíneo, como la resonancia magnética o la tomografía computarizada, generalmente se hacen en momentos específicos cuando el paciente está en la sala de emergencias, sistemas que no permiten ver de manera continua lo que está sucediendo con el paciente", ha destacado Raquel Delgado.

La spin-off del ICFO, Hemophotonics, ha comercializado la tecnología con el objetivo de desarrollar software y sondas fáciles de usar para su implementación a gran escala en hospitales de todo el mundo.