Las enfermedades siempre generan incertidumbre e, incluso, alarma en la población. Sobre todo, si no se conocen, como ocurre con muchas de las llamadas enfermedades raras y con aquellas que no lo son tanto, como es el caso del glaucoma.

Según la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF), un 2% de la población española padece esta dolencia de los ojo, es decir, unas 900.000 personas. La mitad de ellas no sabe que la sufre, ya que, generalmente, no presenta síntomas. Y este es, precisamente, uno de los grandes problemas del glaucoma: la condición de patología asintomática ocasiona que muchos casos no sean tratados a tiempo porque las personas desconocen que tienen esta enfermedad.

La especialista en oftalmología y directora de la Unidad de Glaucoma del Hospital San Juan de Dios de Tenerife, Mónica Suárez, asegura que a esta patología no se le da la difusión que merece. "Somos pocos especialistas para difundirlo porque siempre estamos en la parte asistencial, y se necesita apoyo", dice de una enfermedad que debe ser diagnosticada y tratada a tiempo y que, según la AGAF, afecta a 46.300 canarios.

Este "enemigo silencioso", tal y como lo califica el Hospital San Juan de Dios de Tenerife, aparece cuando el nervio óptico, órgano que juega el papel de transmisor de imágenes al cerebro, sufre un aumento de tensión. Las fibras del mismo se van deteriorando de forma progresiva y la visión periférica se reduce poco a poco, generando el efecto de la "visión túnel". En estados muy avanzados de la enfermedad, la visión central se ve afectada y puede llegar a la ceguera. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la considera una de las principales causas de pérdida de visión de forma moderada a grave.

Esta patología ocular puede presentarse de varias formas. La más común es el glaucoma de ángulo abierto, presente en un 90% de los pacientes. La doctora Suárez asegura que "es un problema porque el paciente no se da cuenta de que tiene la enfermedad y acude de forma tardía al oftalmólogo, cuando ya hay pocas opciones que ofrecerle".

También, existen los casos de glaucoma de ángulo estrecho, una tipología menos común, que representa el 10% de los casos. Según la AGAF, se caracteriza por un "aumento brusco y muy importante de la presión del ojo". En este caso, se pueden producir episodios de crisis agudas de glaucoma que el paciente sentirá a través de un dolor intenso en los ojos y la cabeza, enrojecimiento del ojo, náuseas, vómitos, etc.

Una de las grandes incertidumbres acerca del glaucoma es: si no presenta síntomas, ¿cómo identificarlo? Para ello, Mónica Suárez resalta la importancia de las revisiones oftalmológicas cada dos años para menores de 40 años y anualmente para los mayores. Según la AGAF, el porcentaje de personas con glaucoma sube hasta el 12% cuando se llega a la franja de 70 a 80 años. Estas consultas ayudan a diagnosticar la enfermedad a tiempo y, de esa forma, evitar lesiones mayores.

Los especialistas insisten en que todas las personas se deben someter a revisiones periódicamente. Sin embargo, como sucede con todas las enfermedades, hay casos más propensos a desarrollar esta patología: personas con antecedentes familiares de glaucoma, pacientes sometidos a ciertas medicaciones especiales durante un tiempo prolongado, afrodescendientes, etc.

Es este desconocimiento lo que provoca incertidumbre, miedo y dudas en los pacientes cuando se les diagnostica. "Hay pacientes que lo relacionan con una enfermedad terminal o maligna, y no es así", añade la doctora Suárez. El glaucoma se puede tratar de forma quirúrgica o farmacológica según cómo de avanzado se encuentre.

La posibilidad de que esta patología pueda terminar en ceguera si no se trata a tiempo es uno de los aspectos que más preocupan. "Un paciente al que le estás diagnosticando una enfermedad que potencialmente puede producir ceguera siente mucho temor y angustia", comenta esta especialista.

Del 12 al 18 de marzo de cada año se celebra la Semana Internacional del Glaucoma, que, además de reconocer esta patología como un problema, tiene como objetivo difundir información acerca de la misma para que las personas sepan qué es y cómo tratarla.

Mónica Suárez recuerda que es una enfermedad que "no se conoce tanto", ya que "aquello que no da síntomas tendemos a desconocerlo".