Solo el 13% de la población reconoce que padece eyaculación precoz -cuando la incidencia está alrededor del 20%- y el principal motivo para no decirlo abiertamente es la vergüenza, lo que hace también que ocho de cada diez españoles no acudan a un especialista para tratar este problema.

El resto que no va a consulta es porque considera que no es un problema grave para la salud (18,95%), un 13,02% porque la pareja del paciente no se involucra y un 10,77% porque cree que no tiene solución.

Estos son algunos de los datos de la encuesta realizada a más de 2.000 personas y encargada por el grupo farmacéutico Casen Recordati, que desarrolla productos en el área de urología, como el tratamiento presentado ayer, el primero de uso tópico de prescripción para la eyaculación precoz.

La eyaculación precoz (EP) es una alteración muy frecuente, pero a pesar de ser la disfunción sexual más frecuente en el varón está infradiagnosticada. Dos de cada tres españoles piensan que la EP provoca en quien la padece baja autoestima y falta de confianza y más de la mitad asegura también que perjudica la vida íntima y sentimental.