El último rinoceronte blanco del norte macho que quedaba en el mundo, llamado Sudán, fue ayer sacrificado tras agravarse significativamente la enfermedad que sufría desde hace varias semanas, según informó la reserva natural keniana de Ol Pejeta.

La reserva informó de que ayer consiguió extraer "material genético" de la criatura, lo que "da esperanza a futuros intentos de reproducir la especie de rinoceronte blanco a través de técnicas genéticas avanzadas".

Aparte de él, hay otras dos hembras vivas, ambas hijas de Sudán, también en Ol Pejeta, pero la fecundación artificial nunca se ha intentado con rinocerontes.