El grafeno es un material que surge cuando pequeñas partículas de carbono se agrupan de forma muy densa en láminas de dos dimensiones muy finas y en celdas hexagonales. Para verlo mucho más fácil, se podría decir que su estructura es similar a la que resulta de dibujar un panal de abejas en un folio.

El grafeno se obtiene a partir del grafito, una sustancia muy abundante en la naturaleza y que forma parte de nuestra vida cotidiana al estar presente en la mina de los lápices, los ladrillos, etc. Curiosamente, y a pesar de que el grafeno se conoce ya como material desde 1930, no fue sino hasta el año 2004 cuando se consiguió aislar a temperatura ambiente.

Principales características del grafeno

Tal y como podemos ver en Graphenano, una de las principales características del grafeno es que se trata de un material que combina una gran cantidad de propiedades que no se dan juntas en ningún otro compuesto. Por lo tanto, será capaz de mejorar por completo las condiciones de cualquier superficie en la que se aplique.

El grafeno es muy duro, resistente (200 veces más que el acero), flexible y muy ligero. Unas características que, entre otras cosas, permiten moldearlo fácilmente y según las necesidades de cada caso. Además, es un excelente conductor del calor y la electricidad y permanece en condiciones muy estables al ser sometido a grandes presiones.

Por otro lado, se trata de un material que es capaz de generar electricidad a través de la energía solar. Algo que lo convierte en un material idóneo para el campo de las energías limpias. No en vano, se estima que si las placas solares estuvieran fabricadas en grafeno generarían varias veces más energía que las actuales.

Habría que señalar también que el grafeno es un material prácticamente transparente y muy denso. La radiación ionizante no le afecta y ofrece una excelente capacidad de auto-enfriamiento.

Aplicaciones del grafeno más destacadas

Las utilidades del grafeno son múltiples y muy variadas, aunque su desarrollo es fundamental en el ámbito de la tecnología. Todo apunta a que sus características harán que el grafeno se implemente en la fabricación de circuitos integrados y en procesadores que sean mucho más rápidos que los actuales.

Lo cierto es que la mayoría de usos y aplicaciones del grafeno están aún en fase de proyecto, pero sus utilidades ya se vienen empleando en la actualidad. Discos duros, memorias, raquetas, zapatillas, cascos, tintas conductoras, sensores médicos, altavoces y auriculares, etc. son solo algunas de las aplicaciones en las que ya actúa este material.

Dentro de los proyectos que se estudian, el grafeno podría actuar en una gran cantidad de campos. En la electrónica, por ejemplo, se empleará para la fabricación de microchips o transistores, mientras que en el mundo de la informática su uso permitirá disponer de ordenadores mucho más rápidos y con un consumo eléctrico menor.

La telefonía móvil también vería un gran avance gracias al grafeno con la fabricación de procesadores mucho más rápidos, flexibles y ligeros. Además, las propiedades energéticas de este material posibilitarán la aparición de baterías de larga duración que apenas necesitarán de unos segundos para cargarse.

La enorme resistencia y durabilidad del grafeno serán dos elementos clave para su uso en la industria automovilística. Los chasis de los vehículos, los coches híbridos y los motores y combustibles más ecológicos y eficientes serán algunos de los ejemplos que nos encontraremos en este sector.

Además, el grafeno también aportará sus cualidades a la industria alimentaria. Este material servirá para crear envases más seguros para los alimentos y que impidan el desarrollo de bacterias.

Pero si hay un campo en el que el grafeno puede brillar plenamente es en el de la medicina. Recientes investigaciones determinan que este material podrá emplearse para mejorar los tratamientos contra el cáncer o para la creación de implantes neuronales que sustituyan a los tejidos orgánicos dañados.

Cómo se comercializa el grafeno en la actualidad

Hoy día el grafeno se comercializa a través de dos formas diferentes:

  • Grafeno en lámina: material de alta calidad y muy resistente que se emplea en la electrónica, la informática o la aeronáutica, aunque su producción es aún muy costosa
  • Grafeno en polvo: no tiene tanta calidad como el anterior y su proceso de obtención es más barato, aunque por ello pierde algunas de sus propiedades

En definitiva, el grafeno es un material que posee una serie de cualidades más que interesantes y que en muy poco tiempo nos brindará grandes beneficios. El único problema hasta la fecha es que para que conserve todas sus propiedades, el mineral ha de ser de la mayor calidad posible.

Sin embargo, con el método tradicional de obtención se consigue un grafeno de muy alta calidad, pero con una producción mínima e insuficiente aún para su uso industrial.