Más de 20 especies de garrapatas de entre las 900 identificadas en el mundo residen en España, donde pueden suponer un vehículo de transmisión de patologías como la enfermedad de Lyme o la fiebre hemorrágica Crimea-Congo (FHCC), explica una reciente campaña divulgativa sobre estos insectos.

Esta iniciativa impulsada por OTC llega tras una alerta de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) por una plaga de garrapatas este verano, además de los últimos casos de picaduras del insecto en España.

Este jueves se ha conocido que un hombre de 74 años ha muerto en Ávila por la fiebre Crimea-Congo tras participar en julio en una actividad cinegética en la localidad pacense de Helechosa de los Montes, donde sufrió la picadura de una garrapata, según fuentes de la Consejería de Sanidad de Castilla y León.

La fiebre hemorrágica Crimea-Congo (FHCC) la produce un virus transmitido por la picadura de una garrapata infectada, las del género Hyalomma "son las más eficientes", según el protocolo de vigilancia de esta enfermedad, aprobado por la Comisión de Salud Pública en 2016 y actualizado en mayo del pasado año.

La campaña explica que las garrapatas son ácaros parásitos, que "necesitan sangre para completar sus ciclos biológicos" y que, para hospedarse en un humano, precisan del contacto, "puesto que no pueden saltar ni desplazarse grandes distancias".

De hecho, el ser humano es un "hospedador accidental" de estos insectos, que se puede ver afectado por ellos al interferir en sus hábitats naturales.

Es por ello que recomiendan ciertas precauciones al salir a zonas "de riesgo", con hierbas altas o por las que transitan habitualmente animales: no estirarse sobre la hierba, usar ropa clara y ajustada a muñecas y tobillo o emplear repelentes que provoquen el rechazo de estos insectos.

En caso de percibir una garrapata sobre la piel, la empresa de repelentes desaconseja recurrir a "métodos tradicionales" como aplastar al parásito, pincharlo o aplicarle aceite o calor, ya que el "estrés" generado "favorece" la transmisión de los patógenos que pueda transportar.

Lo ideal es, según indican, lanzarla a través de un desagüe, pegarla con cinta adhesiva y tirarla a la basura o ponerla dentro de una bola de algodón impregnada con alcohol.

Por último, ante una picadura, se recomienda extraer "lentamente" al insecto "cuanto antes", utilizando para ello unas pinzas de punta fina.

Si en los días posteriores se producen síntomas como fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, fatiga, dolor muscular o reacciones cutáneas, es preciso acudir al médico.