El Papa ha defendido una sociedad "interconectada" en la que nadie "se salva solo" en un encuentro con los jóvenes lituanos en la plaza de la Catedral de Vilna este sábado durante su viaje a los países bálticos.

"Nadie puede decir ''yo me salvo solo'', estamos todos interconectados, ''en red''. Dios quiso entrar en esta dinámica de relaciones y nos atrae hacia sí en comunidad, dando pleno sentido de identidad y pertenencia a nuestra vida", ha señalado el pontífice en el primer encuentro multitudinario de su 25° viaje internacional que lo llevará también a Estonia y Letonia.

El Papa ha invitado a los jóvenes a no tener "miedo" de abrir las puertas a Cristo y ha asegurado que seguir a Jesús es una aventura apasionante" que llena la vida "de sentido".

Para el pontífice para alcanzar la salvación es necesario apoyarse en la comunidad. Por eso,ha subrayado: "No permitáis que el mundo os haga creer que es mejor caminar solos. No cedáis a la tentación de ensimismaros, de volveros egoístas o superficiales ante el dolor, la dificultad o el éxito pasajero. Volvamos a afirmar que ''lo que le pasa al otro, me pasa a mí'', vayamos contra la corriente de ese individualismo que aísla, que nos vuelve egocéntricos y vanidosos, preocupados solamente por la imagen y el propio bienestar".

El Papa ha reflexionado también sobre los males de la sociedad que afectan a los jóvenes como el paro o las drogas. En esta línea ha lamentado: "Cuántos jóvenes se van del país por falta de oportunidades, cuántos son víctimas de la depresión, el alcohol y las drogas. Cuántas personas mayores solas, sin nadie con quien compartir el presente y miedosas de que vuelva el pasado". Frente a estos desafíos el Papa les ha invitado a responder con la cultura del encuentro: "Jesús nos invita a salir de nosotros mismos, a arriesgar en el ''cara a cara'' con los otros".

Así, ha instado a los cientos de jóvenes concentrados en la plaza lituana a apostar "por la santidad desde el encuentro y la comunión con los demás, atentos a sus necesidades". Y ha manifestado: "Nuestra verdadera identidad supone la pertenencia a un pueblo. No existen identidades ''de laboratorio'', ni identidades ''destiladas''.Cada uno de nosotros conoce la belleza y también el cansancio, y muchas veces el dolor de pertenecer a un pueblo. Aquí radica nuestra identidad, no somos personas sin raíces".

Por otro lado, ha hecho referencia a la fuerza de la oración de la que ha dicho que enseña a "escuchar al Espíritu, a discernir los signos de los tiempos y a recuperar las fuerzas para seguir anunciando el Evangelio hoy". Y ha preguntado finalmente: "¿De qué otro modo batallaríamos contra el desaliento ante las enfermedades y dificultades propias y ajenas, ante los horrores del mundo? ¿Cómo haríamos sin la oración para no creer que todo depende de nosotros, que estamos solos ante el cuerpo a cuerpo con la adversidad?".

El Papa realizó después del encuentro una breve visita a la Catedral y rezó durante unos minutos delante del Sagrario.