El Nobel de Física premió ayer al estadounidense Arthur Ashkin, la canadiense Donna Strickland y el francés Gérard Mourou por sus innovaciones en el campo de la física del láser, con múltiples aplicaciones en la medicina y la industria.

La Real Academia de las Ciencias Sueca ha distinguido a Ashkin por inventar las pinzas ópticas, así como la técnica para generar impulsos ópticos ultra cortos y de alta intensidad desarrollada por Mourou y Strickland. Justo después de la invención del láser en 1960, Ashkin (1922) empezó a experimentar con el instrumento, pensando en que podía ser perfecto para que rayos de luz moviesen pequeñas partículas.

Pronto logró iluminar esferas transparentes de tamaño micromético y desplazarlas, y añadiendo una lente potente para centrar la luz del láser pudo arrastrar las partículas al punto de mayor intensidad y crear una especie de trampa: habían nacido las pinzas ópticas.

Tras muchos años de intentos consiguió capturar átomos, aunque no fue hasta 1986 que pudo perfeccionar la técnica, combinando las pinzas con otros métodos, y en esa tarea descubrió de forma casual un nuevo campo de aplicación, el estudio de los sistemas biológicos. En su esfuerzo por captar partículas más pequeñas, usó muestras de distintos tipos de virus de mosaico: después de dejarlas abiertas de noche, descubrió usando un microscopio que estaban llenas de bacterias apresadas en la trampa de luz.

Usando un rayo menos potente que no los matara, Ashkin empezó a centrarse en bacterias, virus y células vivas. Sus métodos han sido refinados por otros investigadores en los últimos años.

Desde la aparición de los primeros láser, los científicos han estado interesados en crear pulsos de luz cada vez más intensos sin que ello provocase la destrucción del material. Fue esa búsqueda la que inspiró a la estudiante Donna Strickland (1959) y al director de su trabajo, Gérard Mourou (1944), a desarrollar una nueva técnica, bautizada amplificación de pulso gorjeado (CPA). La CPA consiste en tomar un pulso de láser ultracorto, alargarlo en el tiempo, amplificarlo y comprimirlo de nuevo, lo que multiplica su intensidad de forma notable. Gracias a la CPA es posible ver interacciones entre moléculas y átomos, cambiar las propiedades de la materia, incluso viva; almacenar datos de forma más eficaz y elaborar férulas quirúrgicas.

Donna Strickland, tercera mujer con Nobel de Física

La canadiense Donna Strickland se convirtió ayer en la tercera mujer en recibir el Premio Nobel de Física, 55 años después de que fuera galardonada la estadounidense de origen alemán Maria Goeppert Mayer, un camino que inició en 1903 la francopolaca Marie Curie. "Tenemos que celebrar a las mujeres físicas porque están ahí fuera", señaló Strickland, quien, a su vez, se mostró "horada de ser una de esas mujeres". Entre 1901 y 2017 solo 49 mujeres se cuentan entre las laureadas en todas las categorías, y, en el caso de la Física, de los 210 premiados hasta la actualidad solo tres han sido científicas.