Los acercamientos entre las dos Coreas; la paz entre Eritrea y Etiopía; la canciller alemana, Angela Merkel, y el papa Francisco destacan entre los candidatos en las quinielas previas al Nobel de la Paz, que se falla mañana en Oslo y para el que no hay favorito claro.

Las tres cumbres celebradas en los últimos meses entre los líderes de las dos Coreas, en guerra desde hace décadas, y la histórica visita del presidente surcoreano, Moon Jae-in, a Pionyang hacen que tanto él como su homólogo norcoreano, Kim Jong-un, encabecen los pronósticos de las casas de apuestas.

Con ellos aparece bien situado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien mantuvo con Kim la primera reunión entre los máximos mandatarios de ambos países y ha apoyado el proceso.

Trump, cuya elección parecía improbable no hace mucho, ha sido nominado tanto por un grupo de congresistas estadounidenses como por dos diputados del ultraderechista Partido del Progreso, una de las tres fuerzas que integran el Gobierno noruego.

En contra de un premio a la distensión en Corea podría ir que el vicepresidente surcoreano Kim Dae-Jung ya fue galardonado con el Nobel en 2000 por esfuerzos en favor de la paz en Asia y en su propio país, que luego no resultaron en avances significativos.

La firma el mes pasado de un histórico acuerdo para poner fin a dos décadas de conflicto entre Eritrea y Etiopía avala las opciones de sus respectivos máximos mandatarios, el presidente Isaias Afwerki y el primer ministro Abiy Ahmed, que apoyan entre otros el noruego Centro Nansen para la Paz y el Diálogo.

El activista saudí Raif Badawi, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Unión para las Libertades Civiles en América (ACLU) aparecen destacados en los pronósticos.

La irrupción de la campaña de denuncias de abusos #MeToo podría justificar un premio a la joven yazidí Nadia Murad, que escapó del cautiverio del Estado Islámico en Irak; la activista Tarana Burke, la primera en usar la etiqueta, o el trabajo contra la violencia sexual del médico congoleño Denis Mukwege, un "eterno" candidato.

El magnate sueco Alfred Nobel, creador de los premios, dejó escrito que el de la Paz debía reconocer a quienes contribuyan "al hermanamiento de los pueblos y a la eliminación o reducción de armamento, así como formar o impulsar congresos de paz", pero el Comité Nobel no siempre se ha ajustado del todo a esos criterios.

Así, ha reconocido en los últimos tiempos la lucha por el medioambiente -la keniana Wangari Maathai (2004) o Al Gore y Rajendra Pachauri (2007)- o contra la pobreza, con el bangladesí Mohamed Yunus y su banco de microcréditos Grameen Bank (2006).

El expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont; la exsoldado Chelsea Manning; el fundador de WikiLeaks, Julian Assange; el exanalista de la CIA Edward Snowden; la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) y el diario ruso "Nováya Gazeta" también aparecen en las quinielas.

La lista de supuestos favoritos incluye el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Consejo Ártico, Human Rights Defenders y el grupo antinuclear japonés Asociación Artículo 9 y el activista iraquí Yanar Mohammed.

Como la abogada chechena Lidia Yusúpova, la iugur Rebiya Kadeer o el obispo mexicano José Raúl Vera López -favorito años atrás-, Mohammed ha ganado el premio de derechos humanos de la fundación noruega Rafto, que este año ha distinguido al jurista y defensor del pueblo polaco Adam Bodnar.

Ganadores del Rafto como la birmana Aung San Suu Kyi, el coreano Kim Dae-Jung, el expresidente de Timor Oriental José Ramos Horta y la abogada iraní Shirin Ebadi lograron el Nobel años después.

Las listas no son a menudo más que especulaciones, porque sólo si quienes nominan lo hacen público se puede saber la identidad de los candidatos, ya que el Comité Nobel noruego no confirma nombres hasta pasado medio siglo y sólo difunde el número total de aspirantes, 329 este año (217 individuos y, el resto, organizaciones).

Así se sabe también, por ejemplo, que el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y la asociación argentina Abuelas de Plaza de Mayo figuran entre los nominados, que competirán por suceder en el palmarés del premio a la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares.

El de la Paz es el único de los seis premios que se otorga y se entrega fuera de Suecia, en Oslo, por deseo expreso de Alfred Nobel, ya que en su época Noruega formaba parte del reino sueco.