Todo comenzó en 2014, cuando un maestro que ejerce en el capitalino barrio de La Salud, Lorenzo García, hizo un viaje a Banjul atraído por la oferta de una compañía área. Banjul, para el que no lo sepa, es la capital de Gambia, un país africano que como una cuña entra cual "lengua" que sigue el curso del río del mismo nombre, en Senegal. Lorenzo no se quedó en la imagen publicitaria de la costa donde se asientan las élites sino que viajó al interior. Ahí conoció la cruda realidad de la aldea de Fass Chamen y otras tres de su entorno: Nyamtempo, Sanagajark y Majork. Cuatro años después, la ONG que preside, Correcaminos Solidarios Tenerife, ha puesto en pie una escuela infantil y un pozo adyacente en la zona. Ahora han lanzado una campaña "Ladrillo a ladrillo" para aumentar el equipamiento con un puesto de salud.

"La escuela ya tiene 188 alumnos -explica- y el actual es el cuarto curso. Empezó como guardería con 72 niños y ha ido creciendo hasta abarcar un entorno de unas 1.000 personas de las tres aldeas. Nos ocupamos de los gastos, desde profesores a material".

Añade García que "hemos visto necesidades sanitarias en paralelo y por eso llevamos puntualmente médicos allí, pero necesitamos una continuidad que pase por la formación de alguien que durante todo el año luche sobre el terreno contra las enfermedades y por la salud. Eso supondrá crear también un puesto de trabajo fijo. Con humildad, como ya denota el propio nombre, pero con campañas tan importantes como la de la higiene básica, porque allí priman enfermedades infecciosas como tiña, conjuntivitis, etcétera".

Una idea clave: "El seguimiento a estos niños, que ya llevan cuatro años con nosotros, a través de fichas individuales y conocimiento de su realidad. Un planteamiento comunitario y de familia extensa".

García explica cómo nació la ONG: "Mi mentalidad cambió a partir de ese viaje en abril de 2014. Regresé y propuse la idea al club al que pertenezco porque soy aficionado a las carreras de montaña, Correcaminos Tenerife Team. Los compañeros la acogieron muy bien y empezamos con la parte solidaria hasta hoy, cuando ya es un proyecto consolidado. Comenzamos con la venta de unas camisetas para entrenar que nos permitieron financiar las dos primeras aulas".

García reconoce que "donde hay Correcaminos hay siempre Coyote, no podía ser de otra manera. Así Coyote, se llama otro club de atletismo. Rivales, pero muy amigos".

Patricia Martorell es farmacéutica y miembro de la ONG. Resalta que "ya el Colegio de Farmacéuticos de Tenerife colaboró para hacer el pozo de agua limpia -no potable, aunque la beben- como recuerda una placa. Ahora pretendemos involucrar a las farmacias, a través de la campaña un ladrillo solidario para Gambia, que aportarían de manera simbólica para ayudar a crear ese puesto de salud. Algo lo recordaría en la botica y ha sido muy bien recibido".

El presupuesto orientativo para hacer realidad ese centro de atención primaria asciende a 3.900 euros. Desde Correcaminos están seguros de que "lo vamos a conseguir con una aportación de 50 por ladrillo simbólico".

García y Martorell insisten en mencionar a empresas que "nos ayudan, además del Colegio de Farmacéutico, como Metrotenerife, Trail Shop u Old Peak. Es de justicia". Justicia como la que se pretende hacer al menos con esta zona deprimida del interior de África, castigada primero por la colonización y luego por la oligarquía depredadora local, cuya población apenas tiene posibilidades de acceso a la educación y la sanidad.

Para cualquier información "pueden dirigirse a nuestra página web www.correcaminossolidarios.org. O bien en Facebook".

Cuentos populares

En las redes sociales se puede acceder al trabajo que la ONG hace en Gambia. Por ejemplo, la publicación de un libro de doce cuentos populares del país. "Sona Mariama, un tesoro mandinga" es uno de ellos, surgido precisamente de la etnia mandinga -hay siete dialectos, tres principales, en este país anglógofono en medio de la francofonía que fue cuna de esclavos como el famoso Kunta Kinte de "Raíces"- para contar la historia de una niña que no quería hacer las tareas de la casa. Bajo el lema "Nunca serás un buen maestro si no quieres ser un aprendiz" se desarrolla una filosofía de vida, la que emana de los contadores de historias en cada noche alrededor de la hoguera. Un patrimonio cultural que se trabaja en la escuela de Fass Chamen, cuyo director, Demba Camara, está "absolutamente involucrado" en la educación de sus niños. Ellos cantan de manera habitual la canción de "Sona Mariama" para preservar esas raíces. Pero siempre con una mirada al futuro y la mejora, algo sencillo, porque falta casi de todo, que se simboliza en este sueño de algo más de 28 metros cuadrados que es el puesto de salud.