Hace días comenzó el juicio con Jurado contra el asesino de Pioz (Guadalajara), el joven brasileño Patrick Nogueira, que mató a cuatro personas (dos primos y dos tíos suyos). Su abogada argumentó que su defendido sufre una "anomalía cerebral" que, "aunque no anula las facultades cognitivas (conocimiento), sí las merma". La letrada se basó en un TAC realizado por peritos encargados por ella y en dicho informe se aprecia que tiene un "daño neuronal del lóbulo temporal".

Y esta misma semana, en las Jornadas Internacionales de Seguridad celebradas en San Miguel de Abona y organizadas por el Ayuntamiento sureño, intervino la neuropsicóloga sevillana Mercedes Gómez Crespo, que considera que en las investigaciones sobre sucesos trágicos debería ser "imprescindible" que se estudie la relación entre el estado del cerebro y la conducta. Gómez Crespo aclara que la labor del neuropsicólogo en estos casos consiste en determinar "el porqué de la conducta delictiva y la criminalidad". La experta comenta que la participación de estos profesionales en los procesos judiciales "debería estar regulado por ley" para tratar de llegar a la raíz y conocer por qué una persona es capaz de cometer asesinatos atroces.

Según Gómez Crespo, frente a lo que ocurre con los psicólogos o los médicos forenses, la figura del neuropsicólogo se tiene en cuenta, a veces, de forma "extraoficial", pero debiera estar más reconocida y utilizada.

La experta impartió en las mencionadas jornadas de seguridad la conferencia "¿Por qué hablamos de psicología cuando queremos hablar de seguridad?"

Cuando se le pregunta en qué momento es necesario que las autoridades judiciales cuenten con el informe de los neuropsicólogos, no duda en responder que "de principio a fin". Es decir, que el estudio del cerebro en relación con la conducta debe efectuarse sobre el presunto autor de un crimen desde que se le detiene hasta después de que es condenado. ¿Y qué se logra con ese seguimiento? Gómez Crespo explica que, además de saber las causas del grave delito, el trabajo sobre un determinado individuo también permitirá diseñar de forma adecuada el plan de rehabilitación una vez que entre en prisión, "siempre que sea posible". Y hace ese matiz porque está convencida de que "no todos los presos pueden reinsertarse en la sociedad, aunque decirlo sea políticamente incorrecto o socialmente inmoral". Pero plantea que, si se pudieran aplicar tales estrategias individualizadas, podrían evitarse reincidencias en algún tipo de delitos cuando los condenados salen de las cárceles. A día de hoy, señala que "son muy pocos los compañeros neuropsicólogos que tienen acceso directo a un acusado o condenado".

Gómez Crespo manifiesta que, a la hora de cometer un delito, en el autor influyen factores biológicos, pero también ambientales. Apunta que, si se ponen en una balanza, los elementos ambientales (epigenética) cobran tanto peso o más que la herencia biológica. Crespo advierte de que, incluso, "el ambiente es capaz de desactivar genes". Explica que si un joven se ha criado en un ambiente desfavorable, sin el suficiente apoyo familiar y sin unos buenos hábitos, los "factores externos" influirán seriamente para que dicha persona tenga un comportamiento "asocial".

Durante su intervención en las jornadas de seguridad en el Sur de Tenerife, Mercedes Gómez también planteó las diferencias entre el comportamiento individual, donde el ciudadano asume en solitario las consecuencias de su conducta, y las acciones en grupo, donde la "responsabilidad tiende a difuminarse". Y aclara que, por ejemplo, cuantos más "espectadores" presencien una pelea, menos posibilidades existen de que alguno de ellos intervenga para frenar el citado altercado. El pensamiento habitual es: "si los demás no se meten a pararlos, ¿por qué lo voy a hacer yo?". Y, evidentemente, a la hora de cometer un delito de cualquier tipo, el hecho de hacerlo con un grupo de amigos o conocidos contribuye a elevar el nivel de violencia o implicación de una persona. Y, como ejemplo, menciona el caso de "La Manada" en los Sanfermines.

La concejal de Seguridad en el Ayuntamiento de San Miguel de Abona, Isidora González, explicó que el objetivo de su departamento a la hora de organizar las jornadas de Seguridad, Protección Civil y Emergencias fue "mejorar la formación de los policías locales de nuestro municipio, así como de los miembros del colectivo de Protección Civil y la población en general" en cuestiones fundamentales sobre estas materias. La edil señaló que es muy importante que el vecino sepa cómo tiene que reaccionar cuando ve que se comete un delito y que su colaboración resulta fundamental para detener a los autores del mismo. El mencionado foro se llevó a cabo en las instalaciones del hotel Sandos San Blas, desde el lunes hasta el jueves pasado. Entre los ponentes que tomaron parte en el evento figura el conocido periodista Paco Lobatón, que en su carrera profesional se ha especializado en la localización de personas desaparecidas. Varios de los participantes en las Jornadas valoraron positivamente las diferentes sesiones.