La Estación Espacial Internacional (EEI) recibió este lunes su primera expedición en medio año con lo que pone fin a la minicrisis provocada por el fallido lanzamiento en octubre de una Soyuz y al hallazgo en agosto de un orificio en una nave rusa acoplada a la plataforma.

"La expedición 58 ya está en órbita. Estoy agradecido al director general (de la agencia espacial rusa, Roscosmos) Dmitri Rogozin, y a los equipos de la NASA y Roscomos por su dedicación en hacer que este lanzamiento fuera un éxito. Ad Astra" (Hacia las estrellas), escribió el jefe de la NASA, Jim Bridenstine, en su cuenta de Twitter.

No era para menos. El propio Rogozin admitió en el 20 aniversario de la plataforma orbital que, desde el accidente ocurrido con la Soyuz MS-10, Roscosmos tiene el corazón en un puño con cada lanzamiento, aunque ese fallo fuera el primero de una nave tripulada rusa en 35 años.

Para evitar contratiempos, Roscosmos se curó en salud al programar numerosas pruebas y ensayos antes de dar el visto bueno al lanzamiento hoy, lunes, de la Soyuz MS-11, que fue retransmitido en directo por la televisión.

Roscomos, que había movilizado 15 helicópteros y 13 aviones para una hipotética operación de rescate, y la NASA respiraron aliviados cuando la Soyuz fue lanzada a las 14:31 y puesta en órbita diez minutos después con destino a la EEI.

El pasado 11 de octubre un lanzamiento similar pudo acabar en tragedia debido al fallo en el cohete portador dos minutos después del despegue, de no ser porque la cápsula de eyección funcionó a la perfección por segunda vez en su historia, lo que salvó la vida, al igual que ocurriera en 1983, de la tripulación.

Por ese motivo, el lanzamiento se adelantó del 20 de diciembre hasta hoy, ya que la actualmente la plataforma necesita seis inquilinos para su pleno funcionamiento.

El cosmonauta ruso Oleg Kononenko admitió que "el riesgo es parte de nuestra profesión", pero subrayó que tenía plena confianza en los técnicos, al igual que la estadounidense Anne McLain.

"Confiamos en ellos plenamente. Estamos psicológica y técnicamente preparados para el lanzamiento y para cualquier situación que, Dios no lo quiera, pueda producirse abordo", comentó Kononenko horas antes del lanzamiento.

Esta vez todo salió según lo previsto. La Soyuz MS-11 partió desde el cosmódromo de Baikonur, en la estepa kazaja, y seis horas después se acopló de manera automática al ingenio espacial.

En una demostración de la tensión del momento, el propio Rogozin confirmó 45 minutos antes de la maniobra que la Soyuz y la EEI habían establecido contacto por radio.

La Soyuz, que dio tres vueltas alrededor de la Tierra, llevó a la plataforma al ruso Kononenko, a la estadounidense McLain y al canadiense David Saitn-Jacques.

Fueron recibidos por el comandante Alexander Gerst de la Agencia Espacial Europea, la ingeniero de vuelo de la NASA Serena Auñón-Chancellor y el también ingeniero de vuelo de Roscosmos Serguéi Prokópiev.

Los tripulantes de la accidentada Soyuz MS-10, el ruso Alexéi Ovchinin y el estadounidense Nick Hague, tendrán que esperar hasta el 1 de marzo para ver cumplido su sueño de pisar la estación, según informó Roscosmos.

En cuanto al orificio de la Soyuz MS-09, que provocó problemas de hermeticidad en la plataforma que ya han sido totalmente subsanados, una de las misiones de la expedición 58-59 será precisamente esclarecer los motivos de la avería.

"El 11 de diciembre tenemos caminata. El principal objetivo es retirar una parte del revestimiento antimeteoritos, que, es posible, que fuera dañado por el taladro y llevarlo de regreso a la Tierra", explicó Kononenko.

Roscosmos mantiene que el diminuto agujero nunca puso en peligro la vida de la tripulación de la estación, aunque algunas fuentes no descartaron que el orificio fuera taladrado después del ensamblaje, lo que confirmaría las sospechas de que se trató de un sabotaje.

Aunque las Soyuz dejarán de ser el próximo año el único eslabón entre la Tierra y la estación -la NASA pondrá en marcha su programa de lanzamientos con compañías privadas-, EEUU ya ha informado de que seguirá utilizando sus servicios para llevar a sus astronautas al espacio.

La NASA tiene reservadas plazas para sus astronautas en las naves rusas "que nos llevarían hasta febrero de 2020", explicó hace unas semanas en Moscú Bridenstine, quien destacó "la impresionante capacidad" de las Soyuz.

"Queremos que nuestra alianza permanezca fuerte cuando nosotros tengamos nuestras propias capacidades comerciales de vuelo" a la EEI, señaló.