"Unidad y defensa de las personas con discapacidad visual". Son las dos ideas fundamentales que se mantienen en el espíritu de la Organización Nacional de Ciegos (ONCE) cuando acaba de cumplir 80 años de existencia. Así lo manifiesta Cristóbal Amaro López (Icod de los Vinos, 1980), vicepresidente del Consejo del colectivo en Canarias. Amaro tiene claro que "la sociedad ha evolucionado y nosotros con ella pero hay cosas que se mantienen como concienciar a los demás de lo que hacemos y promover la accesibilidad universal".

Insiste en la intención de "ser uno más, ser diferente pero no distinto. Me encantan los aviones y por razones obvias no puedo ser piloto pero en todo lo demás, igualdad e incluso fortuna de tener una discapacidad que sea la visual". Recuerda que "una institución así no existe en ningún otro país y es una suerte para los más de 70.000 afiliados de la ONCE en España, 3.500 en Canarias. Porque los no españoles no se pueden afiliar hasta tener la nacionalidad".

Da datos: "Tenemos 550 vendedores de juegos. De ellos, 200 son afiliados y el resto, no. Más unos 50 técnicos y administrativos o 2.000 en el Grupo Social".

Y apuntan esbozo histórico: "El momento de inflexión fue 1984. Hasta entonces se hacían sorteos provinciales de tres cifras. Fue el despegue confirmado por el Cuponazo en 1987 y en 1988 con la Fundación. Creamos empleo, riqueza al país, vendemos la marca España y tributamos, Razones para que el Gobierno nos concediera hacer un sorteo extraordinario de Navidad en 2015 que hemos renovado año a año y garantizado al menos hasta 2021. Entonces se verá".

Es crítico al valorar que "no es cierto que se venda más juego en época de crisis. Nosotros la sufrimos de manera importante en 2008, pero seguimos adelante. Y sin despidos. En líneas generales, no se puede aceptar que la discapacidad sea la última en llegar a los beneficios y la primera en sufrir los recortes".

Amaro López señala que "la sociedad nos quiere y nos respeta. Hemos recibido el Premio Príncipe de Asturias y estamos muy bien considerados". Al respecto relata una experiencia personal: "Vendía cupones cuando no existía el sistema TPV, que es la máquina actual, y sólo me engañaron una vez. No es habitual la picaresca porque la gente nos protege, y eso se nota en la calle".

Para Mawi, como lo llaman sus amigos, "la publicidad ha sido algo consustancial a la ONCE. Y la creatividad, en concreto, cuyos resultados forman parte ya de nuestra vida cotidiana. Digo la de todos los españoles. Relacionar al grupo con el color amarillo por el equipo de ciclismo que tuvimos. O aquello de vendo gambas, vendo chupitos. La cola del cuponazo creando expectativas en la gente para el siguiente sport. El duende del rasca... Si el personal se acuerda, y se acuerda, es que ha sido bueno y han sabido tocar la fibra de la sociedad".

La labor fundamental de Cristóbal es "supervisar el trabajo que se hace en el sentido de ofrecer el mejor servicio a los afiliados, se eficientes y eficaces para ellos. Si hay problemas tenemos que mediar. Los siete consejeros somos elegidos por sufragio entre afiliados para representar al colectivo con problemas visuales".

La estructura provincial de la ONCE contempla el cargo de director de la zona de Tenerife (Andrés Guillén); Jefe de Servicios Sociales (Marta Morón); Jefe de Juegos (Francisco Juanatey); y los directores de Los Cristianos y La Orotava. Guardianes todos ellos de que la ONCE mantenga espíritu y esencia ocho décadas después de ser fundada.