Al menos 15 personas han muerto por ingerir alimento contaminado con un pesticida en un templo del estado indio de Karnataka, situado en el sur del país, la semana pasada, según los resultados de los análisis confirmados este martes por la Policía, que investiga cómo pudo ocurrir.

Más de un centenar de personas tuvieron que acudir al hospital después de consumir un arroz con tomate bendecido en un templo hindú. Las muestras recabadas en la comida y en los vómitos han permitido confirmar la presencia de monocrotofós, un plaguicida del que ya ha alertado la ONU.

"Estamos intentando averiguar cómo se contaminó la comida y no descartamos un acto intencionado. Hemos detenido a varias personas y seguiremos investigando", ha explicado el superintendente de Policía del distrito de Chamrajnagar, Dharmender Kumar Meena, sin aclarar el número de arrestos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que bastan 120 miligramos de monocrotofós --cinco granos de arroz-- para perder la vida, por lo que en 2009 solicitó expresamente a India que siguiera los pasos de parte de la comunidad internacional y prohibiese el pesticida. La importación es ilegal en 46 países.

El país asiático, sin embargo, sigue autorizando su uso en determinadas cosechas porque es más eficaz y barato que otras alternativas. El kilo cuesta unas 50 rupias (0,62 euros), ampliamente por encima de las 20.000 rupias (249 euros) que vale otra patente.

"Los agricultores quieren que les permitamos usarlo", ha esgrimido en declaraciones a Reuters un responsable del Consejo de Investigación Agrícola, Pranjib Kumar Chakrabarty. "Es seguro siempre y cuando se sigan los protocolos y no se use en verduras", ha añadido.

Lo cierto es que no es la primera vez que los monocrotofós provocan una tragedia a gran escala. En 2013, unos 23 escolares perdieron la vida en el estado de Bihar después de ingerir alimentos cocinados en una olla donde previamente se había almacenado el plaguicida.