Pero visitar Córdoba no se limita solo a esto

Comparado con una gran ciudad como Sevilla, aquí puedes respirar un ambiente aún más andaluz, ya que es posible entre un callejón y otro encontrarse en el corazón de fascinantes plazas rodeadas de casas blancas y naranjos, o frente a una imponente iglesia.

Córdoba es un lugar para perderse, por lo tanto déjate guiar por el instinto, decídete y visita esta ciudad que cuenta en su haber con algo tan extraordinario como los baños árabes de Córdoba.

Si después de recorrer la ciudad estás cansado y necesitas relajarte, nada mejor para eliminar el estrés que acudir a estos baños, tu cuerpo y mente te lo agradecerán.

Beneficios

Debido a su alto contenido en sal es un excelente exfoliante de la piel, regula la presión arterial, ayuda a mejorar el asma, las migrañas, y mejora el insomnio y la circulación. Todo esto sumado a la relajación y el bienestar que también proporcionan sus aguas.

Breve historia

La región de Andalucía estuvo ocupada por los árabes durante varios cientos de años. Granada fue el último lugar en ser reconquistado por los cristianos en el siglo XV. Este pueblo tuvo por eso una enorme influencia en la vida de los andaluces, en aspectos como alimentación, arquitectura o lengua.

Un legado que también quedó son los baños árabes, un lugar con mucho historia y con un ambiente relajante, resultado del contacto con el agua a diferentes temperaturas. Una experiencia que debes vivir si estás haciendo turismo en la ciudad.

Antes de los árabes había termas romanas, baños bizantinos y baños de vapor, y es que ya antes del siglo VII era muy apreciado el hábito de ir a bañarse.

Cuando los árabes ocuparon los lugares donde habían estado los romanos, aprovecharon las instalaciones de los baños que ya existían, pero las adaptaron a una versión diferente. De esta manera acabaron mezclando varios aspectos de los baños que existían en la época.

Algunos datos curiosos

Los baños árabes se encuentran cerca de las mezquitas. Antes de la oración es obligatorio realizar las abluciones, es decir, la purificación del cuerpo. La proximidad de los baños debe estar relacionada con esto.

Inicialmente los baños sólo lo podían usar los hombres, aunque mucho tiempo después las mujeres tuvieron acceso a estos.

En algunos casos se establecen horarios para el acceso de los diferentes sexos y en otros se construyeron diferentes estructuras para hombres y mujeres.

Los baños árabes no servían sólo para limpiar el cuerpo, era un momento social entre los habitantes, ya que formaban parte de la vida del pueblo.

Cuando los árabes se retiraron de Europa se dejaron de usar los baños porque la Iglesia no veía con buenos ojos un lugar donde se practicaba el ocio y la pereza, empezando incluso a creer que el baño podría ser perjudicial para la salud.

Por eso las instalaciones que existían dejaron de ser utilizadas.

Fue casi en el siglo XX que se modificó la idea de que los baños podían hacer daño. Y como resultado de ese cambio de mentalidad surgieron más baños árabes. Hoy en día se sabe que los baños son útiles en la activación de la circulación sanguínea.

Cómo son los baños árabes de Córdoba

En Córdoba, los baños árabes de Santa María están ubicados en la Vía Velázquez Bosco y fueron declarados de gran interés cultural en 2001. Se encuentran a pocos metros de la catedral.

Las partes que hoy se conservan son tres salas que corresponden al Frigidarium, el Tepidarium y el Caldarium.

El Frigidarium o área fría corresponde a una habitación dividida en varias habitaciones e integrada en la casa actual, aunque esté un poco oculta entre las reformas realizadas en el hogar.

El Tepidarium o zona cálida de la casa es actualmente un patio con una columnata que soporta arcos en forma de herradura y el Caldarium o zona caliente es una habitación rectangular con paredes cubiertas de ladrillo o piedra.

El techo es un arco con claraboyas que actualmente está amurallado. En los lados hay arcos de herradura en su estado original que enmarcan las áreas donde había charcos, aunque hoy día uno está completamente amurallado y el otro parcialmente, reteniendo restos de estuco rojo.