La Universidad de La Laguna aprobó ayer en Consejo de Gobierno, una nueva norma reguladora de la convivencia en el centro académico. Esta regulación desplaza -que no deroga- la norma general que data de 1954, porque tendrá una aplicación "transitoria" teniendo en cuenta que la universidad está esperando a que se apruebe una de rango superior que afecte a todo el territorio nacional.

Esta última, según la secretaria general, Dulce Cairós, parece que está muy adelantada y en disposición de aprobarse en los próximos meses. Así, la ULL se ha convertido en una de las pocas universidades del Estado en dotarse de unas normas de convivencia democráticas, a expensas de que el Ejecutivo nacional publique la norma que derogue el todavía vigente decreto de 1954, como se indicó.

Este texto procede de una vieja reivindicación de los grupos de estudiantes claustrales, que venían solicitándole a la universidad una redacción de unas nuevas normas acorde a los tiempos. Tiene pues el visto bueno de los representantes claustrales del estudiantado en el Consejo de Gobierno, además de la conformidad de la conferencia de decanos y directores. De hecho, se aprobó con 35 votos a favor y tres abstenciones.

La secretaria general aclaró que se trata de unas reglas generales para toda la comunidad universitaria, con un apartado final, de carácter sancionador, solo para el alumnado, ya que en este extremo tanto el personal docente como para el de administración y servicios tiene sus propias normas.

Así, la norma aprobada en la sesión de ayer establece unas reglas de convivencia en las aulas, bibliotecas y zonas comunes de la Universidad de La Laguna, y también regula la potestad de las autoridades académicas y personal de la administración para garantizar el restablecimiento inmediato de la convivencia cuando haya sido alterada.

Concretamente, comprende un apartado sobre normas básicas de convivencia (principio de corresponsabilidad, derechos y deberes generales de respeto y normas de convivencia generales). Se detiene también en la convivencia en actos académicos y culturales y en procesos electorales, además de normas de uso de los bienes y recursos del centro académico.

El documento abunda igualmente en las normas básicas de convivencia en el aula y otras sobre convivencia en la realización de pruebas de evaluación. El documento contempla también medidas para el mantenimiento y restablecimiento de la convivencia y concluye con la parte relativa al procedimiento para exigir responsabilidades al estudiantado.