El ‘gancho’ de la urgencia o los premios

Los equipos @ de la Guardia Civil en Tenerife centran su trabajo en las estafas cometidas en internet | Entre los afectados también hay personas con escasos ingresos

Imagen de archivo de la Guardia Civil.

Imagen de archivo de la Guardia Civil. / E. D.

El sargento José María Tapia explica que los ciberdelincuentes basan su engaño en no dejar pensar a la víctima, al tratar de que ofrezca datos bancarios de forma inmediata, y con unas ofertas o precios de artículos muy atractivos. A pesar de lo que parezca, el mando señala que la mayoría de los autores no tienen grandes conocimientos informáticos. Estos grupos operan en delitos con un nivel medio de complejidad.

Los estafadores que utilizan internet para cometer sus engaños juegan con dos bazas fundamentales. Una es el «sentimiento de urgencia» con que la potencial víctima debe cumplir con sus exigencias. Con este procedimiento se «engaña» a la persona receptora del mensaje haciéndola creer que, si no realiza de forma inmediata la acción exigida por los ciberdelincuentes, se le bloqueará la cuenta en su entidad bancaria o un cuerpo de seguridad emprenderá acciones contra la misma, por citar algunos ejemplos . En estos casos, la intención del autor de la infracción penal es que el afectado «no piense». Y la segunda consiste en ofrecer un «premio» inexistente, a través de ofertas, descuentos o precios muy bajos de un determinado producto con la intención de que un interesado en el mismo «no pueda resistirse».

José María Tapia, sargento del Equipo @ de la Guardia Civil en Santa Cruz de Tenerife, manifiesta que, ante estas realidades, los potenciales perjudicados deben, en primer lugar, actuar con calma. Para los casos en que se solicitan datos personales o bancarios con el objetivo de que no se bloquee una cuenta bancaria o se produzca una detención, por ejemplo, este mando aconseja que la persona verifique la información por fuentes oficiales o consulte con el teléfono de ayuda (017) del Incibe (Instituto Nacional de Ciberseguriad). En el ámbito de los «premios», advierte de la importancia de verificar con antelación que todo lo que se ofrece es real y no se trata de un engaño.

Tapia está al frente del grupo de la Guardia Civil más joven, pues se creó el pasado mes de noviembre. Su función es la prevención, el asesoramiento y dar respuesta a la ciberdelincuencia, a raíz de las denuncias que los ciudadanos presentan en los diferentes puestos de la Institución.

Los equipos @ asumen investigaciones que requieren una «cierta especialización por el componente tecnológico», en palabras de Tapia. Su labor se centra en atender los delitos cometidos en internet cuyo grado de complejidad (en investigaciones) sea bajo o medio. Y, desde un punto de vista orgánico, dependen del Equipo de Investigación Tecnológica (Edite), que se encarga de las operaciones con un alto nivel de complejidad. Con los integrantes de los grupos @ se busca tener una mayor efectividad en la resolución de un gran número de denuncias.

En la primera etapa de su andadura, este equipo está centrado en las estafas perpetradas a través de internet, que engloban un amplio abanico de modalidades.

«En general, se ha detectado un gran número de fraudes basados en la ingeniería social», apunta el sargento. Con dicho término se refiere a la capacidad que tienen los ciberdelincuentes para obtener datos de una persona o empresa, mediante engaño. Se trata de mensajes que aparentan ser del Ministerio de Hacienda, de un banco o de las fuerzas de seguridad, con el objetivo de que la potencial víctima les entregue datos personales, claves de acceso o números de cuentas bancarias.

En palabras de José María Tapia, el perfil de las personas afectadas es «muy heterogéneo» y la cuantía de dinero a estafar puede variar mucho. Aclara que en estos fraudes también pueden caer ciudadanos con unos ingresos mínimos, para quienes perder 500 euros en un delito de este tipo puede suponer un golpe duro para los siguientes meses.

Suplantar páginas de venta y fraudes en la inversión de criptomonedas son hechos frecuentes

Los autores de dichas estafas envían mensajes «de forma indiscriminada», en base a una numeración telefónica consecutiva, o bien a correos electrónicos. El «gancho» se puede enviar a 100.000 personas diferentes, pero solo con que piquen mil de ellas ya les habrá valido la pena a los ciberdelincuentes. «Lo más importante es que los ciudadanos tengan un mínimo de formación para prevenir estos delitos y sepan cómo le pueden llegar», indica Tapia. Y, aunque prefiere no entrar a dar cifras estadísticas, apunta que esta realidad delictiva afecta a «gran parte de la población».

En la provincia de Santa Cruz de Tenerife existen tres equipos @. Uno de ellos tiene su base en la Comandancia Provincial de la Guardia Civil y atiende los delitos denunciados desde Buenavista del Norte hasta Fasnia, en Tenerife, y en El Hierro. El segundo de los grupos cubre los casos registrados en el Sur de Tenerife, de forma concreta entre Arico y Santiago del Teide. Y el tercero se ocupa de los fraudes con afectados en La Palma y La Gomera.

Dentro de los delitos más habituales, Tapia mencionada el phising, particularmente el bancario, que consiste en simular la página web de una entidad financiera para solicitar datos personales, claves y numeraciones de cuentas con cualquier excusa. Otras infracciones penales muy frecuentes se llevan a cabo a través de la suplantación de portales de internet dedicados a la compra-venta de artículos, o bien de contratación de servicios. En estos casos, se deriva al perjudicado a un canal en el que las transacciones se efectúan de forma no segura para cometer el engaño. En tercer lugar, cita las inversiones en criptomonedas a través de plataformas fraudulentas.

Y también menciona la suplantación de identidad digital, que se trata de aquellos ilícitos en los que los afectados ofrecen información de carácter personal y económico, con la que después los ciberdelincuentes pueden, por ejemplo, cometer varios delitos más en el futuro. Así, tienen capacidad para abrir una nueva cuenta bancaria en la que ingresar dinero procedente de otras estafas. Pero, además, se puede crear un perfil en una red social desde el que cometer amenazas o coacciones sobre otras personas.

Como resulta evidente, a los guardias civiles del Equipo @ el delincuente que más preocupa es aquel que está más preparado desde un punto de vista técnico, en la medida en que puede desarrollar delitos con una mayor complejidad.

Frente a lo que pueda pensar buena parte de la población, muchos de los autores de delitos en internet «no están especialmente preparados y tienen unos conocimientos bastante limitados; se tiende a creer que todos son hackers y no es así», aclara Tapia. Es decir, que el ciberdelincuente especializado resulta minoritario.

En su labor cotidiana, la colaboración con agencias internacionales como Interpol o Europol resulta fundamental y, de no existir, difícilmente se podría localizar y capturar a muchos estafadores que operan a través de la red. Recuerda que, por ejemplo, Interpol tiene representación en 194 países y facilita la colaboración con agentes de estados con los que no existen convenios diplomáticos de colaboración. En opinión del sargento Tapia, el avance en las bases de datos policiales y la interconexión entre estas se ha convertido en una herramienta muy potente en la lucha contra este tipo de delincuencia.

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