Alertan de la extensión del 'gusano del corazón' en perros de Canarias

Tenerife, Gran Canaria, La Palma y La Gomera son las islas que presentaron mayor prevalencia de esta filaria en los perros analizados

Alertan de la extensión del 'gusano del corazón' en perros de Canarias

Alertan de la extensión del 'gusano del corazón' en perros de Canarias / EL DÍA

Maya Bencomo

Maya Bencomo

La Dirofilaria immitis, conocida como 'gusano del corazón', es un nematodo parásito del perro que provoca una enfermedad infecciosa en el animal con graves síntomas. En Canarias, las islas que presentaron mayor prevalencia de esta filaria en los perros analizados son Tenerife (17,32%), Gran Canaria (16,03%), La Palma (15,65%) y La Gomera (11,54%). Los científicos apuntan a perros positivos a la prueba de antígenos en todo el Archipiélago y resto de España.

El estudio fue realizado con 9.543 muestras de sangre de perros de todas la provincias y ciudades autónomas de España para la detección de Dirofilaria immitis y se obtuvo una prevalencia del 6,47%, siendo mayor en los perros que vivían al aire libre.

La investigación ha servido para la actualización de la epidemiología de este parásito y el análisis de los resultados en función del clima y otros factores geoambientales. Los resultados de la estudio muestran como la creciente urbanización junto a unas mayores extensiones de cultivo favorecen la presencia de los mosquitos, transmisores del gusano del corazón. El estudio ha sido llevado a cabo por un grupo de científicos de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Salamanca.

Las altas temperaturas unidas a una elevada humedad favorecen que se desarrollen ciertos mosquitos como el que transmite el gusano del corazón, el mosquito común Culex pipiens. Investigadores de la Facultad de Veterinaria de la UEx detectaron, por primera vez en España, ADN del parásito Dirofilaria immitis o gusano del corazón, en la cabeza-tórax del mosquito común Culex pipiens. El descubrimiento es importante porque, después de la digestión de sangre por parte del mosquito, existe la posibilidad del desarrollo larvario y su migración hacia la cabeza-tórax. La consecuencia es que el mosquito puede soportar el desarrollo del parásito y, por lo tanto, podría actuar como vector competente para la transmisión del parásito.

Durante siete meses, las larvas que han infestado al animal se desarrollan hasta alcanzar el estadio de gusanos adultos, que son de gran tamaño, cerca de unos 15 centímetros los machos y 30 centímetros de longitud las hembras. En el caso de una infestación severa, se puede encontrar en el orden de 300 a 500 gusanos en un solo perro.

Fases larvarias del mosquito común en infestación del perro por Dirofilaria immitis

Fases larvarias del mosquito común en infestación del perro por Dirofilaria immitis

Signos clínicos

En general se debe estar atentos en caso de que el animal presente alguno de estos síntomas: tos, disnea y taquipnea, pérdida de peso o intolerancia al ejercicio; síncope, hemoptisis -emisión de sangre desde el aparato respiratorio, generalmente junto a un esputo-, ascitis -acumulación grandes cantidades de líquido en el abdomen y este aumenta mucho de volumen, causando a veces pérdida de apetito y dificultad e incomodidad para respirar- o epistaxis - hemorragia nasal-.

Zoonosis

La dirofilariasis, causada por Dirofilaria immitis, o gusano del corazón del perro, es una enfermedad de distribución mundial transmitida por mosquitos de los géneros Aedes, Anopheles, Culex y Taeniorhynchus; en humanos, esta filaria causa lesiones cutáneas y pulmonares, aunque ya se han reportado casos de dirofilariasis humana con localizaciones diferentes tales como grandes vasos mesentéricos, peritoneales, cordón espermático y aun en lado derecho del corazón. En el humano, a diferencia del perro, no hay una filaremia. Los síntomas más comunes son: dolor retroesternal, tos y hemoptisis. Un nódulo fibrótico (de uno a tres centímetros de diámetro) muchas veces es asintomático y se identifica solo en las radiografías de tórax como una lesión en forma de moneda.