Muere la EBAU, revive la PAU

Los conocimientos estandarizados, la penalización de las faltas de ortografía y unas materias básicas de examen marcan la nueva hoja de ruta de la selectividad del curso 2024/25

Unos alumnos realizan uno de los exámenes de la EBAU en el Aulario de Guajara de la Universidad de La Laguna.

Unos alumnos realizan uno de los exámenes de la EBAU en el Aulario de Guajara de la Universidad de La Laguna. / María Pisaca

Hasta hace unos días se llamaba EBAU, pero a partir del próximo curso volverá a ser la PAU. La selectividad de toda la vida sigue atrincherada en medio de una guerra de siglas que prepara algunos cambios en su formato. A rey muerto, rey puesto: la vida sigue por mucho que se empeñen en darle forma a una ensalada de letras que acaba de mostrar sus credenciales en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

La antigua reválida universitaria, la selectividad o la actual EBAU volverá a denominarse Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) el curso que viene. Todas las claves que envuelven estos exámenes ya se pueden consultar en el Boletín Oficial del Estado (BOE) tras ser aprobadas unas modificaciones que serán homogéneas en el territorio nacional. Los alumnos que a partir del próximo verano se ganen el estatus de preuniversitarios deberán tener en cuenta estos cambios.

Modelo único.- La idea es hacer un patrón homogéneo, si es posible con pocas fisuras, en el que se midan las competencias de los aspirantes. El modelo será único por materia y en el mismo se incluirán preguntas o tareas: respuestas cerradas [con opciones limitadas] tipo test, semiconstruidas en la que es necesario una elaboración parcial y abiertas que van a dar pie a respuestas más amplias y desarrolladas. El 70% de la prueba se centrará en respuestas semiconstruidas o abiertas.

El alumnado podrá usar herramientas auxiliares como diccionarios, formularios, tablas o calculadoras

Menos memoria, más competencias.- El hecho de que sólo el 30% de las preguntas sean cerradas ya es una declaración de intenciones para buscar algo más de creatividad, pensamiento crítico, madurez y reflexión entre los estudiantes. Existe el propósito de intentar desterrar la táctica loro de volcar en unos folios lo que se ha memorizado en un largo encierro entre una tonga de apuntes. En este nuevo enfoque competencial la ortografía será un actor principal.

Ortografía y coherencia.- Los aspirantes a entrar en el ciclo universitario que tengan problemas de ortografía van a tener que aplicarse. Está en juego perder el 10% de su nota por cometer errores ortográficos. Los expertos creen que con la implantación de este factor corrector se puede favorecer la corrección gramatical y la ortografía entre los estudiantes. Además de la ausencia de tildes o los desajustes derivados por el mal uso de una b o una v, una c en lugar de una s o incluso una vaca por una baca, se buscará cierta coherencia y cohesión en los textos que requieran una elaboración.

Un partido de fútbol, pero sin descuento.- Un examen de la PAU durará lo mismo que los de la EBAU, es decir, hora y media. Entre prueba y prueba habrá un descanso de 30 minutos y sólo en los casos de aspirantes con necesidades especiales no se computará esa media hora de descanso ya que su tiempo estará regido por las especificidades que aparezcan en las anotaciones de apoyo educativo y, sobre todo, en un documento acreditativo que avale la concesión de un margen adicional. Lo normal es que a los 90 minutos los cuidadores retiren los folios sin dar más explicaciones. ¡No hay descuento!

El formato será estándar en todo el territorio nacional. En las pruebas habrá respuestas tipo test o cerradas, abiertas para desarrollar y semiconstruidas

Todo el temario.- Con la activación de la nueva selectividad se va a entregar un único examen al estudiante (en lugar de los dos que se reparten en la actualidad). Eso sí, en algunas partes del documento se mantendrá la posibilidad de tener que elegir entre varias preguntas. Esta capacidad de elección no alterará el número de competencias que serán objeto de una evaluación: vamos que no basta con estudiar sólo una parte del temario para obtener la máxima nota.

En la elaboración de textos, además de las faltas de ortografía, se valorará la cohesión y la coherencia

Materiales auxiliares.- Entre los cambios que trae la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) no hay ni rastro de la utilización de micrófonos, auriculares o cualquier otro dispositivo de comunicación entre la sala en la que se celebran los exámenes y el exterior del edificio. Eso sigue estando totalmente prohibido. El material que sí puede ser utilizado como elementos de consulta o de ayuda son las calculadoras, formularios o tablas y los diccionarios, aunque serán las comisiones organizadoras las que finalmente decidirán a qué tipo de herramientas complementarias se pueden tener de apoyo.

La duración máxima de una prueba de PAU va a ser de 90 minutos, es decir, los mismos que la EBAU. Entre examen y examen habrá un descanso de media hora.

Materias básicas.- Los alumnos matriculados en la PAU van a tener que examinarse obligatoriamente de Lengua y Literatura II, de Lengua Extranjera II, de la materia específica obligatoria de la modalidad cursada y de Historia de España o Filosofía, dependiendo de la comunidad autónoma en la que se celebre la convocatoria. En aquellas en las que exista una lengua cooficial, los inscritos también deberán pasar un examen de Lengua Cooficial y Literatura II, con lo que en lugar de cuatro serán cinco los contenidos a evaluar.

Mejorar la nota.- En el caso de que los estudiantes quieran mejorar la nota para calibrar mejor los cortes en la carrera universitaria y centro elegido, éstos podrán aspirar a una nota más alta realizando hasta cuatro pruebas adicionales. Las materias en este caso sí podrán ser elegidas por el demandante y en las mismas pueden entrar: materias de modalidad, cursadas o no; materia común no realizada en la fase de acceso (en las básicas) y una segunda lengua extranjera. En el caso de elegir todas las opciones es obligado introducir en el itinerario de exámenes un segundo idioma.

Las notas.- Las comisiones organizadoras tienen que moverse en un modelo de corrección y calificación adecuado a todo el territorio nacional, es decir, que un cinco es un cinco en La Laguna y en Tordesillas. En este sentido, los evaluadores calcularán la nota como la media aritmética de cada uno de los ejercicios realizados, con un valor entre cero y 10 puntos y tres cifras decimales. El punto de partida para aprobar será un cuatro.