Detectan un incremento de las enfermedades coronarias en jóvenes

La obesidad, el tabaquismo y la diabetes son algunas de las principales causas que están detrás del incremento de la incidencia en el Archipiélago

El doctor Egon Gross en la sala de Hemodinámica del Hospital Vithas Las Palmas.

El doctor Egon Gross en la sala de Hemodinámica del Hospital Vithas Las Palmas. / ED

Yanira Martín

La incidencia de las enfermedades coronarias se ha incrementado en el Archipiélago como consecuencia de los malos hábitos de vida. Y es que existen una serie de factores de riesgo que están implicados en el desarrollo de estas patologías. Entre ellos figuran la hipertensión, la diabetes, los niveles altos de colesterol, el sedentarismo y el consumo de tabaco. «Todo esto ha aumentado en la sociedad occidental y constituye la primera causa de muerte, especialmente en Canarias», manifiesta el doctor Egon Gross, jefe del servicio de Cardiología del Hospital Vithas Las Palmas, que además informa de que cada vez es más frecuente detectar estas afecciones cardíacas en personas jóvenes. Tanto es así, que los profesionales ya han registrado cuadros en pacientes que aún se encuentran en la treintena. 

Pero, ¿qué son las enfermedades coronarias? Tal y como explica el facultativo, son aquellas que afectan a las arterias responsables del buen funcionamiento del corazón. «Básicamente, son fruto de la obstrucción de estas arterias, que son las encargadas de transportar oxígeno a este órgano», precisa. Existen dos tipos de manifestaciones: la angina estable y la inestable. La primera se caracteriza por presentar una limitación a la hora de realizar algún esfuerzo físico, un hecho que es producto de una falta de riego. La segunda, en cambio, se puede producir en reposo, y es el resultado de una obstrucción repentina de la arteria coronaria, lo que puede derivar en un infarto. «Por eso, es fundamental controlar los factores de riesgo. En las Islas tenemos más índice de tabaquismo que la media nacional, más diabetes y más obesidad», alerta. 

Según afirma el especialista, hasta hace unos años estas manifestaciones clínicas eran más frecuentes en los hombres que en las mujeres. Sin embargo, la incidencia en el sexo femenino se está igualando cada vez más a la que reúnen los varones. 

Ahora bien, ¿cuáles son las señales que pueden alertar de la presencia de estas dolencias? En el caso de la angina estable, destaca la necesidad de tener que hacer pausas para poder continuar con una actividad que requiere esfuerzo físico. «Esta circunstancia precisa que la persona afectada acuda a un cardiólogo para poder practicar un estudio antes de que la angina debute de una forma inestable», advierte el profesional del citado centro sanitario. Por su parte, la sintomatología característica de esta última expresión incluye dolor en el pecho– que a veces irradia al brazo izquierdo–, sensación de opresión, sudoración y falta de aire. 

Por suerte, los tratamientos han evolucionado con el paso del tiempo. La técnica preferente es el cateterismo, que permite diagnosticar y abordar el problema con eficacia. «Ahora lo hacemos a través de la mano –en lugar de la ingle– en la arteria radial, lo que reduce las complicaciones. De este modo, podemos colocar también stents, que son como una especie de muelles que ayudan a corregir el estrechamiento de las arterias», anota el doctor Gross.

En el caso de la presentación estable, este procedimiento se puede realizar de una forma programada. «Ahora mismo, es el mejor tratamiento para el infarto», asegura la misma fuente. No obstante, cuando el cuadro es demasiado grave, los aquejados deben someterse a una cirugía de bypass, un proceso más invasivo que consiste en derivar el flujo sanguíneo, utilizando vasos del propio paciente. 

El doble de cateterismos

Solo en el transcurso de un año, se ha duplicado la cifra de cateterismos en el Hospital Vithas Las Palmas. «Si el problema se repite, es posible volver a realizarlo otra vez», apunta el cardiólogo. Carmelo Oliva, un empresario de 56 años que reside en la capital grancanaria, pone un claro ejemplo. De hecho, se ha sometido a tres cateterismos en dos años por haber sufrido un infarto de miocardio. La primera vez fue en noviembre de 2020, cuando tuvo que trasladarse de forma urgente a este hospital. «Llevaba varios días con dolor en el pecho. De repente, un día estaba con mi mujer en Playa del Inglés y el dolor se hizo cada vez más intenso, por lo que tuvimos que ir corriendo al coche», recuerda.

Al llegar, los profesionales le administraron morfina para mitigar el dolor y le practicaron el cateterismo. «Todo salió muy bien y mi vida cambió. El problema es que no modifiqué mis hábitos ni mis rutinas, seguí fumando y soportando una gran carga de estrés en el trabajo», relata el paciente. Estas condiciones lo llevaron a sufrir otros dos infartos: uno en diciembre de 2021 y otro en febrero de 2022. «Desde hace un año, me tomo la vida con más calma y sigo unos hábitos saludables. Llevaba fumando desde los 13 años y ya he conseguido dejarlo porque la salud hay que tomarla muy en serio», remarca Oliva. En la actualidad, el varón permanece en seguimiento y muestra una evolución favorable.

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