La niebla deja a ciegas el Aeropuerto Tenerife Norte: cancelaciones, desvíos y retrasos en más de una decena de vuelos

El mal tiempo ocasiona diez cancelaciones de vuelos y seis desvíos a Tenerife Sur

Es un fenómeno que se produce con frecuencia en el aeródromo en cada periodo estival

Una de las pantallas del Aeropuerto de Tenerife Norte-Ciudad de La Laguna que informa de varios retrasos.

Una de las pantallas del Aeropuerto de Tenerife Norte-Ciudad de La Laguna que informa de varios retrasos. / Arturo Jiménez

D. R.

La niebla volvió a hacer de las suyas en la mañana de este miércoles en el aeropuerto de Tenerife Norte-Ciudad de La Laguna. La bruma que ha acompañado sempiternamente a la instalación aeroportuaria se situó de nuevo sobre ella y ocasionó la cancelación de 10 vuelos entre las islas y con la Península. Además, otros seis vuelos fueron desviados y tuvieron que tomar tierra en el aeropuerto internacional de Tenerife Sur-Reina Sofía, según fuentes oficiales de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA). El episodio se concentró a primera hora de la mañana durante 45 minutos, entre las 8:20 y 9:05 horas. 

Durante el resto de la jornada hubo por momentos algo de neblina pero no se vieron afectadas las operaciones en el también conocido como aeropuerto de Los Rodeos. Según explican fuentes del Centro Meteorológico con el que cuenta la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Tenerife, las situaciones de los vientos alisios que provocan esta niebla que afecta a Los Rodeos son especialmente habituales en la época estival, aunque también al final de la primavera y al principio del otoño, si bien se extienden prácticamente a todo el año. «Ese alisio normalmente tiene un recorrido marítimo y suele contar con un flujo de aire bastante cargado de humedad», precisaron.

Se trata de un fenómeno que no es exclusivo de Tenerife, sino que se da, en general, en las islas más montañosas. En el caso tinerfeño, las nubes se quedan estancadas sobre la Cordillera Central y Anaga. «El aeropuerto está al lado, con lo cual esas nubes se quedan ahí. Tienden a bajar, a meterse por esa cortante al lado del macizo de Anaga y se quedan estancadas sobre Tenerife Norte», señalaron desde el Centro Meteorológico en aquella ocasión, y aclararon que «esas nubes que pasan y que se quedan estancadas ahí son las nieblas que se suelen producir con los alisios en Los Rodeos».

Una de las pantallas del aeropuerto, en la que se informa de un vuelo retrasado.

Una de las pantallas del aeropuerto, en la que se informa de un vuelo retrasado. / Arturo Jiménez

Hay otro factor más. En el verano suele concurrir, además, la inversión térmica. Esta impide, a su vez, que esas nubes se desarrollen verticalmente o se eleven en altitud, con lo cual quedan muy pegadas a superficie. Y puntualizaron a renglón seguido sobre estas circunstancias: «Por eso son nieblas, porque, si no, serían estratocúmulos». Hay que añadir que otro concepto clave son las borrascas, responsables de que en otras épocas del año la incidencia de la niebla sea más baja. Cuando estas entran se interrumpe el régimen de alisios y cambia el flujo de aire. «Eso, a lo largo del verano, normalmente no ocurre», mantuvieron sobre la situación. 

Ya el pasado mes de febrero hubo un destacado episodio en el que las inclemencias meteorológicas, con especial énfasis de la niebla, provocaron distintos problemas de operatividad en el Aeropuerto de Tenerife Norte durante un fin de semana. En aquella ocasión, y ante la sucesión de vuelos que no pudieron salir debido a la poca visibilidad, el aeropuerto se convirtió en un hotel improvisado con colchones hinchables y camillas supletorias.

Avances tecnológicos

Durante años se señaló que parte del problema residía en que, aunque existen sistemas tecnológicos avanzados que podrían permitir que los aviones aterrizasen incluso con niebla, estos no se podían aplicar. Por entonces, expertos en la materia detallaron que se daban una serie de circunstancias en Tenerife Norte-Ciudad de La Laguna que habían impedido su uso. En torno al mes de octubre del año 2020 se supo que la empresa española Indra se encontraba afinando un sistema de aterrizaje por satélite que acabaría con los desvíos de vuelos por estos fenómenos. Posteriormente, los episodios por esta situación se han seguido produciendo.