Los canarios bajan la guardia con la dosis de refuerzo contra el sarampión

Mientras el primer pinchazo cuenta con una tasa de vacunación del 95%, en el segundo, que se inocula en niños a partir de 3 años, se reduce hasta el 89% 

Un niño recibe la vacuna del sarampión.

Un niño recibe la vacuna del sarampión. / / FDV

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Los canarios han bajado la guardia con la dosis de refuerzo que protege a los más pequeños del sarampión. Las tasas de vacunación de este segundo pinchazo, que se inocula a niños de 3 años, es del 89%. Es decir, hasta 6 puntos porcentuales menos que el primero, que alcanza un óptimo porcentaje del 95%. En una Europa cada vez más expuesta a los nuevos embates de este virus, los expertos insisten en redoblar los esfuerzos de inmunización para mantener unas coberturas vacunales que permitan evitar la entrada del patógeno a Canarias y su impacto en las personas más vulnerables. 

Hace un mes, Canarias alertó sobre un nuevo brote de sarampión, el primero desde 2019. Una niña de origen rumano –donde el virus se ha extendido con tintes epidémicos– contagió a dos lactantes de 11 meses y a un enfermero del Servicio Canario de la Salud (SCS). Este hecho puso en alerta a los servicios sanitarios y a la población isleña. Si bien finalmente este episodio se quedó en un susto, los expertos animan a redoblar esfuerzos para mantener la inmunidad de rebaño.

Más de 1,8 millones de niños no se vacunaron contra el sarampión durante la pandemia de la COVID-19

Más de 1,8 millones de niños no se vacunaron contra el sarampión durante la pandemia de la COVID-19 / Freepik

Y es que desde que en 2018 empezara una creciente tendencia antivacunas en toda Europa, son muchos los médicos que empiezan a ver más lejos la futura erradicación del virus. Es el caso del pediatra Luis Ortigosa, que se muestra poco optimista con respecto a esta posibilidad. "Es muy difícil, la enfermedad se controla cuando las coberturas vacunales están por encima del 95% y en muchos países de Europa han caído por debajo del 75%", insiste. 

Los más afectados por esta corriente contra la protección vacunal son países como Rumanía, Francia, Italia, Reino Unido, Alemania o Austria. "En algunos de ellos la vacunación contra el sarampión se hizo obligatoria en 2019", revela. Es el caso de Francia o Italia. Sin embargo, esta tendencia que no para de crecer desde hace un lustro hace pensar a los expertos que el virus seguirá campando a sus anchas en el mundo, por lo que insisten en mantener unas altas coberturas vacunales para proteger a la población. 

Los expertos insisten en la necesidad de reforzar la inmunización ante la aparición de brotes por toda Europa

En los últimos cuatro años, Canarias no había reportado ningún caso de sarampión. En 2019 se constató un brote por una niña que venía de Italia y que afectó finalmente a 4 personas. Ese mismo año se detectó un caso esporádico más. En 2018 se detectó otro caso que no llegó a convertirse en brote y que también fue importado. 

"En Europa hay muchos países en los que las coberturas vacunales son bajas por una decisión de algunos sectores de la población y, mientras, en la mayor parte de África muchos niños contraen el sarampión y no cuentan con vacunas para evitarlo", indica Ortigosa. 

Los ecos de un fraude

La tendencia antivacunas actual es el eco de un controvertido estudio publicado en 2018 en una de las revistas más prestigiosas del mundo: The Lancet. Su autor, el médico Andrew Wakefield, aseguró haber encontrado una relación entre la inoculación de la vacuna del sarampión y el desarrollo de autismo. En concreto, Wakefield describía un nuevo síndrome llamado enterocolitis autística y planteaba la posibilidad de una relación entre los desórdenes intestinales, el autismo y la vacuna triple vírica. 

Archivo - Sarampión.

Archivo - Sarampión. / CHRISTOPHER BADZIOCH / CHBD - Archivo

Una hipótesis que conmocionó al mundo, pero que diez años de experimentos demostraron que era era falsa y fraudulenta. Estas investigaciones, de hecho, hallaron que el estudio de Wakefield contaba con múltiples y graves fallos metodológicos, que en ocasiones simplemente había manipulado los datos y que había llevado a cabo pruebas invasivas y sin el rigor ético adecuado en los niños que habían sido objeto del estudio. Y, por si fuera poco, el autor había recibido financiación de abogados que buscaban realizar demandas legales contra los fabricantes de vacunas, lo que planteaba un claro conflicto de intereses. 

La revista científica se retractó el 2 de febrero de 2010 y retiró el artículo, pero el daño ya estaba hecho.  Wakefield se convirtió así en el padre de unos movimientos antivacunas cuyas consecuencias siguen latentes a día de hoy. La situación se ha torcido de tal forma que, pese a ser candidata por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para convertirse en la siguiente enfermedad erradicada (después de la viruela), cada vez menos profesionales confían que pueda llegar a serlo.  

De hecho, Ortigosa advierte que "vamos a tener más brotes en los próximos años". Razón por la cual anima a que los niños canarios estén "bien vacunados". "En España estamos bastante bien pese a todo, solo ha habido 14 brotes, pero si el virus llega a personas susceptibles puede causarles un grave problema", indica.

Una enfermedad peligrosa

Porque la expansión no supone, por el momento, un problema de salud pública. Sin embargo, los daños y las secuelas que pueden ocasionar en un niño o un adulto desprotegido puede llegar a ser letales. "Un 10% de las personas que lo contraen, tanto niños como mayores, pueden desarrollar neumonía, bronconeumonía, encefalitis y, en los peores casos, fallecimiento", indica Ortigosa. 

El sarampión es mucho más contagioso que otros virus respiratorios. Su tasa de reproducción se sitúa entre 15 y 20. En otras palabras, una sola persona portadora del virus puede llegar a contagiar a una veintena a través del aire o las gotículas, como la covid. Además, se da la circunstancia de que los primeros síntomas del virus son poco concretos. "Los primeros 5 a 7 días, la persona tiene fiebre alta, tos y en algunas ocasiones conjuntivitis", explica Ortigosa. A partir de entonces se empiezan a ver unas manchas en el interior de la boca que los médicos ya son capaces de relacionar con la patología. Y una semana después brota la infección con sus características pústulas que pican en la piel. 

"El contagio es silencioso, por lo que lo mejor, en estos casos, es que si tienes síntomas compatibles, uses mascarilla", indica Ortigosa, que apuesta por "normalizar" su uso. "Y sobre insistir a la población en que no mire mal a aquellos que la usan", indica haciendo alusión a países como Japón o Corea, donde esta norma de higiene está totalmente instaurada.

Suscríbete para seguir leyendo