Segundas familias para verano: cien niños saharauis procedentes de campos refugiados llegan a Tenerife con el programa 'Vacaciones en Paz'

El programa conecta a jóvenes saharauis de entre siete y doce años con familias canarias que los acogerán hasta agosto

Programa de acogida de infancia saharaui en verano 'Vacaciones en paz 2024'

Arturo Jiménez

Nervios y emociones a flor de piel. La puerta de la guagua se abre y comienzan los primeros reencuentros entre las familias y menores saharauis. Los niños y niñas procedentes de los campamentos de refugiados en Tinduf, Argelia, se lanzan a saludar a quienes esperan ansiosos su llegada a las puertas del Centro de Entidades de Voluntariado y Asociaciones (CEVA) Anchieta, en La Laguna. Cien jóvenes entre siete y doce años llegaron este martes, 2 de julio, a Tenerife para pasar el verano en diferentes puntos de las Islas. 

Los pequeños comienzan sus Vacaciones en Paz, una iniciativa posible gracias a la Asociación Canaria de Amistad con el Pueblo Saharaui (Acaps), en colaboración con varias instituciones públicas del territorio. Por delante les esperan dos meses, julio y agosto, llenos de aventuras que se llevarán en la mochila de vuelta a casa. 

Las caras de los familiares evidenciaban quienes eran veteranos y quienes participaban por primera vez en un proyecto que se realiza desde hace cuarenta años. En el lado de los niños, la misma sensación. Los repetidores corrían a saludar a quienes han sido sus segundas familias durante otros veranos. Mientras, los primerizos se mostraban tímidos y, o bien utilizaban los dedos para indicar que era su primera vez, o le pedían ayuda a sus compañeros para entender y comunicarse con mayor soltura. 

El viaje fue largo. La mayoría salió de sus casas el día anterior, al mediodía. Por si fuera poco, el vuelo que llegaba a Tenerife Sur se retrasó, por lo que Perci Arsola, coordinadora del proyecto, pidió paciencia a las familias. «Los primeros días pueden ser complicados porque están muy cansados, pero la experiencia será enriquecedora tanto para los niños como para quienes los acogen». En la guagua de Titsa que los transportó hasta el CEVA los niños compartían sus primeros deseos: ir a la playa y a la piscina. 

Embajadores del pueblo saharaui

La vocal de Acaps, Conchi Reyes, explica que en los campamentos viven en desiertos con más de cincuenta grados, en condiciones bastante «penosas» y la mayoría sufre desnutrición porque el Programa Mundial de Alimentos se ha reducido. «Ellos necesitan tener este respiro, salir en verano, divertirse y cubrir aspectos como las revisiones médicas necesarias a su edad», argumenta. Además, asegura que cada verano los pequeños cumplen una labor importante de reivindicación y lucha por sus derechos. El Delegado del Frente Polisario, encargado de realizar el trayecto con los chicos, coincide en que ellos son embajadores del pueblo saharaui y de su causa. 

«Como familia, recibimos mucho más de los niños que los que nosotros podemos aportar»

Yurena Pérez

— Coordinadora de los jóvenes que se desplazan a Lanzarote

Los grandes protagonistas del programa Vacaciones en Paz son los niños y las familias. Yurena Pérez colabora desde hace siete años, primero acogiendo a un chico, después a su hermano mayor y ahora, como coordinadora del grupo de diez pequeños que se desplaza hacia Lanzarote. Junto a Inma Penco, otra de las madres de acogida que participa desde hace seis años, se ocupa de trasladar a Fatma, Abay Mohammed-Salec, Yussef, Cori, Ihaia, Bouba, Anas, Hay y Zein. Ellos son solo algunos de los nombres propios que pasarán sus vacaciones en cualquiera de las islas, a excepción de La Gomera, que este año no participa. Yurena Pérez detalla que la aportación no es tanto de las familias de acogida, sino de los niños hacia ellos y, sobre todo, hacia sus hijos. “Ellos se han criado con chicos saharauis. Nos enseñan muchísimo y es una satisfacción enorme ver cómo con tan poquito pueden hacer tanto”, revela. El programa solo contempla la acogida temporal, pero afirman que el tiempo que pasan aquí, aunque sea corto, «deja huella en todos». 

Mientras un grupo de chicos revisaba las fotos de años pasados en las que aparecían en El Teide o vestidos de magos, Lessy Ramos se encontraba por primera vez con la niña que acogería hasta agosto. No obstante, la mujer es una de las veteranas en el programa, pues ha acogido a tres hermanos de la misma familia. Con el paso de los años, confiesa que ha forjado un vínculo enorme con esa familia saharaui de once hermanos. «Hemos estado tres veces en los campamentos, quedándonos en su casa y los quiero muchísimo, son parte de mí», insiste. 

Lessy Ramos abrazando a la niña que acogerá de manera temporal.

Lessy Ramos abrazando a la niña que acogerá de manera temporal. / Arturo Jiménez

La última intervención antes del reparto corrió a cargo de la activista saharaui Sukeina Ndiaye. No solo habló como defensora del pueblo español, sino como madre de hijos que han sido acogidos en estos programas. En concreto de la conocida abogada de extranjería Loueila Mint El Mamy. Emocionada y dirigiéndose tanto a familiares como al personal de la Asociación, les agradece en nombre de las mujeres que, como ella, envían a sus hijos a Canarias durante las vacaciones, «ellas saben que están en buenas manos». Además, admitió que los niños le habían prometido ser el mejor grupo de los que ha venido hasta ahora, pero que, de igual forma, es importante que los padres adoptivos los cojan de la mano durante este tiempo. 

Tras el parón de la pandemia, el número de familias disminuyó. Por ese motivo, la coordinadora del proyecto aprovechó para recordar que la campaña de captación para el próximo verano ya está abierta. «Lo más importante es luchar porque podrían salir muchos más niños de los que ya lo hacen», concluye. 

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