Era una mañana de noviembre de 2001. Urbana Ramos Plasencia acababa de salir de su casa, en el pequeño barrio de Fonsalía, en Guía de Isora, enclavado entre productivas fincas de plataneras. Poco antes de las 6:00 se subió en su Renault Megane de color gris y se incorporó a la carretera insular en dirección a Adeje para acudir a su puesto de trabajo en la cafetería de una gasolinera a la altura de El Valito (Adeje). Pero no llegó muy lejos. Doscientos metros más adelante, por circunstancias que se desconocen, se introdujo en una pista de tierra situada en el margen derecho de la vía. Fueron sus últimos minutos. Urbana tuvo fuerzas para salir del coche, pero se derrumbó sobre el capó y cayó al suelo. Alguien le acababa de asestar 18 puñaladas.

Más de nueve años después, su madre, su hermana y sus hijos continúan exigiendo que se esclarezca este brutal crimen. Periódicamente, diversos medios de comunicación recuerdan el caso y ponen voz a las otras víctimas del suceso, los familiares que lamentan que el autor no haya sido llevado ante un juez. Urbana Ramos nació en el municipio gomero de Vallehermoso en 1966 y dejó dos huérfanos.

Contribución

Ahora, el criminólogo Félix Ríos ha decidido colaborar de forma gratuita con los seres queridos de la víctima para revisar el caso desde el inicio de las pesquisas.

Ríos asegura satisfecho que "hemos llegado a un acuerdo con la abogada Natalia Domínguez Castilla, la letrada de dos víctimas adultas de supuestos abusos sexuales en el caso de la Casa Cuna, para que también se implique de forma desinteresada" en el nuevo análisis de este asesinato.

El licenciado en Criminología aseguró a EL DÍA que "también contamos con un procurador, Buenaventura Afonso, que, curiosamente, hace casi una década estaba tramitando el proceso de divorcio de la fallecida".

El mismo día

Y es que Urbana iba a presentar la demanda de divorcio el mismo día en que alguien le quitó la vida de forma muy violenta. Además, fuentes consultadas por EL DÍA en las horas posteriores al hallazgo del cuerpo sin vida de la mujer confirmaron que esa misma jornada tenía cita en la Oficina Técnica del Ayuntamiento para poner a su nombre la casa de la calle Los Tarajales donde residía.

El criminólogo Félix Ríos manifestó que la pasada semana se personaron en la causa criminal, lo que les permite tener acceso a las diligencias policiales y judiciales.

El objetivo fundamental de este nuevo proyecto del investigador consiste en revisar el caso, en aspectos como el trabajo de campo y, de ser necesario, en la aportación de nuevos informes, dictámenes o pruebas que ayuden a esclarecer el asunto.

Mucho tiempo

Cabe recordar que en este caso no hubo detenidos con fundamentos serios y, con el paso del tiempo, los responsables de la investigación perdieron muchas opciones de obtener resultados eficaces. Entre las personas interrogadas tras el crimen figuran el marido de la víctima y uno de sus hijos, que entonces tenía 15 años aproximadamente. Sin embargo, los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil nunca encontraron indicios serios para llevar a algún sospechoso ante la autoridad judicial.

Al entierro de Urbana asistieron centenares de personas, sobre todo vecinos de Fonsalía, Playa San Juan, Alcalá y miembros de la comunidad gomera en el Sur de Tenerife.