La familia afectada está convencida de que el detonante del ataque a su vivienda con un hacha está vinculada casi con total seguridad a la delincuencia y la actividad de la prostitución que, desde hace unos 15 años aproximadamente, se registra en dicho barrio situado junto a la carretera Santa Cruz-Laguna. Los ciudadanos relatan que la presencia de las prostitutas genera a su alrededor la comisión de diferentes delitos y el trapicheo de sustancias estupefacientes. Sin embargo, a pesar de los escritos presentados ante el ayuntamiento, de las reuniones y de las denuncias en los medios de comunicación, las reclamaciones vecinales no han servido para nada, puesto que el problema sigue ahí. Por ejemplo, una mujer de avanzada edad ha sufrido tres tirones y en el último de estos robos con violencia acabó herida de consideración, pues fue arrastrada y tuvo que ser hospitalizada. En algunos casos, los afectados por el problema se deciden a reclamar acciones municipales para erradicar el asunto de una vez. Otros prefieren mantener silencio y pasar desapercibidos, porque residen muchas veces en casas terreras, son personas mayores y, además, no desean que sus propiedades inmobiliarias en el barrio pierdan valor económico. Pero la situación de conflicto permanece. Una vecina lamenta que, más de dos meses después de solicitar una entrevista con el concejal de Distrito Ofra-Costa Sur, Dámaso Arteaga, ante el olvido que padece el barrio, nadie del ayuntamiento le ha respondido.