La Guardia Civil desarticuló en Madrid, con la detención de 23 personas, una organización criminal que robaba vehículos de alta gama, los manipulaba de manera muy sofisticada y luego los vendía ilegalmente, en un negocio con el que habían ganado más de un millón de euros en los últimos tres meses.

Ocho de los 23 acusados -de nacionalidad española, dominicana, ecuatoriana y colombiana- ingresaron en prisión, entre ellos los tres cabecillas del grupo y un coordinador que estaba por encima de los anteriores.