Los equipos directivos de diferentes colegios e institutos de Tacoronte empiezan a estar hartos y cansados de la oleada de robos y destrozos en diferentes centros de dicho municipio norteño. Desde comienzos del presente curso escolar y, sobre todo, en lo que va de este año, estos hechos delictivos ya suman decenas. En la mayoría de los casos, los autores consiguen pequeñas cantidades de dinero en aulas o despachos. Pero lo más grave son los daños en los recintos.

En la jornada de ayer, los hechos fueron detectados en los colegios públicos Ernesto Castro Fariña y San Juan Perales, así como en el Tacoronte, que es privado-concertado.

Fuentes del centro de educación infantil y primaria Ernesto Castro Fariña explicaron que los implicados sustrajeron apenas 16 euros.

Sin embargo, el autor o autores destrozaron unas rejas y accedieron por una ventana.

Respecto al centro privado-concertado, una de las personas consultadas explicó que, en esta ocasión, "saltó la alarma y no llegaron a entrar".

Una fuente autorizada del centro señaló que, en lo que va del presente año, en el colegio Tacoronte se han cometido unos 15 robos, algunos consumados y otros en grado de tentativa.

La mayor cantidad de dinero que han logrado sustraer en este último centro ha sido de 200 euros. Otras veces también saltó la alarma, pero los ladrones entraron, permanecieron en el interior cinco o diez minutos, sustrajeron lo que pudieron y se marcharon.

Otros centros públicos que han sufrido este tipo de delitos contra el patrimonio en el presente curso escolar son el instituto de Los Naranjeros, así como los colegios públicos Óscar Domínguez, María Rosa Alonso o Guayonge, entre otros.

Una de las fuentes de los centros educativos consultada ayer explicó que por parte de las administraciones no se hace nada para frenar la situación. Explica que, durante varios días, se puso un dispositivo de vigilancia de paisano, pero esa medida no ha tenido continuidad en el tiempo, supuestamente por falta de personal en los cuerpos de seguridad. Esta persona, que prefiere mantener el anonimato, señala que esas carencias no son culpa del ciudadano y que las fuerzas de seguridad deben buscar refuerzos para parar la actual oleada de robos.