La Fiscalía solicita una pena individual de cuatro años de cárcel y seis de inhabilitación por un delito de homicidio por imprudencia para dos médicos de un centro de salud de Oviedo acusados de la muerte de un hombre por gripe A en febrero de 2014.

Los dos médicos, que también afrontan el pago de una indemnización conjunta de 100.000 euros a la madre del fallecido, que tenía 36 años, serán juzgados a partir de las 9:30 horas de mañana en el Juzgado de lo Penal número 2 de Oviedo.

Los hechos que serán juzgados comenzaron en la tarde del 12 de enero de 2014 cuando la madre decidió llevar a un centro de salud a su hijo, que tenía un fuerte dolor de cabeza, fiebre y mucha tos.

En una primera atención, en la que la Fiscalía no observa negligencia alguna, la médico le recetó paracetamol e ibuprofeno.

No obstante, y ante el empeoramiento de su hijo, la madre decidió llamar al centro de salud a las 9:30 horas del día siguiente para solicitar asistencia domiciliaria.

Según detalla el escrito de la Fiscalía, la mujer le dijo al médico de guardia que la atendió, que es uno de los acusados, que su hijo "estaba muy mal, que su piel había cambiado de color, que se había desmayado y que tenía mucha tos".

Pese a ello, el médico le respondió que "si no sabía lo que era una gripe" y se limitó a decirle que el tratamiento prescrito tres días antes era el adecuado sin derivarle a ningún centro hospitalario ni ofrecerle una ambulancia.

Ese mismo día, ya sobre las 19:15 horas, la mujer decidió llamar al 112, desde donde derivaron la llamada al centro de salud, donde la atendió otra facultativa de guardia, que es la segunda acusada.

La madre le dijo que su hijo "estaba consciente pero no podía hablar, estaba negrín, hinchado y tenía mucha fiebre, no respiraba, tenía 39 grados y vomitaba sangre".

Según la Fiscalía, la médico se negó a acudir a su domicilio así como a enviar una ambulancia al mismo o derivarle a un centro hospitalario y manifestó que "su turno de trabajo ya había terminado".

Una hora después, desde su domicilio particular, la medico llamó a la madre para interesarse por la evolución del enfermo.

La madre insistió en que su hijo estaba vomitando sangre pese a lo cual la médico se limitó a recetarle Flutox como jarabe para la tos, "nuevamente con omisión absoluta de las más elementales normas de su profesión".

"Ante la impotencia de no ser atendido su hijo", la madre optó finalmente por trasladarle por su propia cuenta en coche al Hospital Central Universitario de Asturias (HUCA), donde ingresó sobre las 22:57 horas de ese mismo día.

Fue directamente intubado, sedado e ingresado en la UCI en estado crítico, donde permaneció hasta su fallecimiento, el día 10 de febrero de 2014.