El autor confeso del homicidio de Diana Quer, José Enrique Abuín Gey, alias "El Chicle", preguntó a la Guardia Civil en noviembre de 2016, cuando se convirtió en principal sospechoso, por qué lo seguían los agentes, ha informado hoy el coronel de la Unidad Central Operativa (UCO), Manuel Sánchez Corbí.

En una rueda de prensa celebrada en la Delegación del Gobierno en Galicia, Sánchez Corbí, ha explicado que el detenido "cometió un fallo" al contar que él estaba con su mujer en las fiestas de A Pobra do Caramiñal, a las que asistió Diana, por lo que "se situó en el escenario" en el que se perdió el rastro de la chica.

El coronel ha contado que el 24 de noviembre el arrestado, que se encuentra en el penal coruñés de Teixeiro, consultó a un agente su duda, pues "pretendía saber" qué conocían los investigadores que se ocupaban de esta desaparición.

Tras hacer hincapié en esta cuestión, ha comentado Corbí que el 30 de noviembre fueron citados a declarar como testigos él y su mujer y que, en esa declaración, el arrestado se equivoca y dice que no estaba en A Pobra; su mujer le mantiene la coartada y asegura que estaba con él, aunque el teléfono de la mujer esa noche se mantiene en casa. "Empezamos a dudar", ha dicho.

Y tal sensación se incrementó cuando Abuín Gey, padre de una menor, dejó un teléfono para su análisis, pero no era el suyo, y no fue hasta más tarde cuando entregó a la Guardia Civil el que se buscaba, aunque "reseteado", por lo que "sigue siendo un elemento de sospecha".

Sin embargo, no fue hasta noviembre de 2017 cuando los agentes tuvieron claro, y sin "ninguna duda", que José Enrique Abuín Gey era el supuesto responsable de la desaparición de la chica madrileña.

Encontrar el cuerpo se convirtió entonces en "fundamental", tanto para el caso como "para reparar a la familia", puesto que para la unidad que tanto tuvo que ver en el esclarecimiento de lo acontecido, dar con el cadáver es "igual de importante que descubrir al autor", al menos al "cincuenta por ciento".

El coronel Francisco Javier Jambrina Rodríguez, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de A Coruña, ha señalado en esta detallada declaración a los medios que el cuerpo de Diana Quer, que fue hallado en una nave de Rianxo, estaba "lastrado" con ladrillos de hormigón y había sido "atado" por la cintura y hombros con dos cuerdas.

Todo ello, y en base a las comprobaciones, con el objeto de que el cadáver no saliese a la superficie de ese profundo depósito de agua potable en funcionamiento cuando en el recinto estaba operativa una fábrica de gaseosas.

El lugar, al que José Enrique Abuín Gey, "El Chicle", guió a los investigadores, es un local privado y cerrado, que no había sido inspeccionado con anterioridad, puesto que solamente se podía acceder al mismo con una orden judicial justificada por una fundada sospecha.

Es por eso que se esperó y que, con toda la información, el pasado fin de semana un perro de rastros biológicos marcó que allí había restos y a continuación ya una cámara submarina detectó el cuerpo, que, según ha contado Jambrina Rodríguez, está "bastante bien conservado", al encontrarse en agua limpia, en la que no hay fauna, tampoco corrientes, y la temperatura es baja y estable.

Se recuperó asimismo de esta especie de pozo el bolso y una brida plástica, acerca de la cual la autopsia, ha avanzado el coronel, determinará si se empleó para estrangular o atar las manos a la víctima.

Los investigadores ven "imposible" que, pese a una versión dada por "El Chicle" a ellos mismos, puesto que en el juzgado se acogió a su derecho a no declarar, hubiese un atropello, dado que "en un cuerpo queda algún tipo de rastro".

Las pruebas de ADN han confirmado esta madrugada que el cadáver localizado en Rianxo, sobre el que siguen los exámenes, es de Diana Quer, y la UCO ha asegurado que cuando apareció el teléfono móvil de la muchacha, cerca de la fábrica en la que ahora este suceso ha tenido su peor desenlace, se confirmó la hipótesis de que alguien se la había llevado por la fuerza.