La Fiscalía de Santa Cruz de Tenerife emitió su escrito de conclusiones provisionales sobre el asesinato que tuvo lugar en Arona el 27 de noviembre de 2014 y apunta como responsable del crimen a Eugeniu B., un ciudadano moldavo que entonces trabajaba de taxista en Adeje. La víctima fue un vecino de origen ruso con cuya esposa el presunto asesino mantenía una relación sentimental que esta rompió para volver con su antigua pareja. El juicio con jurado está previsto que se celebre a partir del próximo 9 de abril. El Ministerio Público pide que el acusado cumpla 17 años de cárcel y pague 120.000 euros a los herederos de la víctima.

El procesado nunca aceptó la ruptura y por ello, después de estar durante varios días acechando al marido, sobre las 17:00 horas de aquella fecha, lo encontró solo en las inmediaciones de la urbanización en la que vivía, cerca de la Escuela de Idiomas de Arona. Ambos comenzaron a discutir sobre la relación sentimental que mantenían con la mujer y ante la negativa de la víctima a abandonar a su esposa, el acusado lo golpeó fuertemente hasta que cayó inconsciente en el suelo.

En ese momento, con el fin de acabar con su vida, lo cogió en peso y lo introdujo en el maletero de su vehículo, donde permaneció encerrado varias horas hasta la madrugada del día 28. Finalmente, llegó a un lugar lo suficientemente apartado y solitario para evitar cualquier posibilidad de huida o defensa por parte del ciudadano ruso y allí el acusado lo golpeó reiteradamente.

La Fiscalía considera que la víctima no tuvo ninguna posibilidad de defensa dado que se encontraba casi inconsciente y apenas pudo colocar sus brazos y manos para frenar los golpes que recibía. El presunto asesino, que mide casi dos metros de altura, por último, apretó fuertemente el cuello del marido con una mano hasta causarle la muerte por asfixia mecánica por compresión. El análisis del cuerpo detectó hematomas en la cabeza, en la extremidad derecha, en el dorso de la mano, muñeca, nudillo de los dedos y codo producidos durante el intento de defenderse, así como signos de compresión en el cuello con una mano. Tras comprobar que había acabado con la vida de la víctima, el presunto asesino trasladó el cuerpo en el maletero del turismo junto con bolsas de basura, cinta de embalaje y un bidón con gasolina hasta la zona de Águilas del Teide, en Arona. Una vez allí, procedió a enrollar fuertemente la cabeza de la víctima desde la frente hasta la barbilla y cubrió el cuerpo con las bolsas y una manta. El cadáver sería encontrado en este lugar dos días más tarde sobre las 19:00 horas. El acusado, después de haber cometido presuntamente el crimen, acudió al domicilio de su expareja y le contó lo sucedido.

La mujer, acusada de encubrimiento

La mujer nunca dio cuenta a las autoridades de esta confesión, motivo por el cual se encuentra imputada en otra causa por supuesto encubrimiento. El presunto asesino permaneció en paradero desconocido hasta el 10 de enero, fecha en la que fue encontrado por la Guardia Civil en San Isidro y está en prisión provisional desde dos días después. Fue una de las fugas más largas de los últimos años en Tenerife.