La Audiencia de Zaragoza condenó a Saúl P.G. a ocho años de prisión por extorsionar a una joven durante cinco años con la excusa de que rompió un código de una supuesta banda latina y por torturarla una vez, junto a unos amigos, con golpes, quemaduras y asfixia.

Los hechos se iniciaron en octubre de 2010 en Huesca, ciudad en la que residían la víctima y el acusado, que empezó a reclamarle pequeñas cantidades de dinero por "filtrar" que mantenía una relación de pareja con una joven y romper así un código de conducta de una supuesta banda latina, según trascendió ayer.