Ricardo Ortega, el autor confeso del triple asesinato de Guaza en la madrugada del pasado viernes, ofrecía una imagen polifacética y, por momentos, muy espiritual en sus perfiles de redes sociales. Sus mensajes, a veces, no seguían un único hilo conductor; es decir, no tenían conexión entre sí. Igual hablaba de su amor a la naturaleza o del ser humano como obra de arte, que primaba el "amor puro y verdadero" por encima del "poder del sexo". Uno de ellos resulta especialmente estremecedor en estos momentos. En diciembre, el acusado de matar a sus padres y abuelo adoptivos escribió "Dios mío, dame paciencia, porque si me das fuerza, lo mato".

No especifica a quién va dirigido su mensaje. Pero sus palabras denotan un gran resentimiento y odio interior, que era parcialmente ocultado.

Una persona que lo conoció en sus viajes a La Palma señala que Ricardo "siempre llevaba lo mejor", tanto en objetos electrónicos como en ropa. Era hijo único y fue adoptado con pocos años. Sus necesidades básicas siempre estuvieron cubiertas de forma más que suficiente.

Todos los veranos viajaba con su familia a San Andrés y Sauces (La Palma), de donde eran naturales su madre, Carmen Nola, y su abuelo, Luciano.

En esa localidad palmera se relacionaba con algunos residentes. Se le recuerda como un joven "introvertido y reservado". No obstante, con aquellos con los que compartía gustos, dicen que era "muy cercano".

Una de las personas consultadas explica que el detenido por destruir a la familia que lo acogió nació en Venezuela. En sus desplazamientos a La Palma nunca se le conoció pareja y tampoco se le identificó como aficionado a algún deporte concreto.

Últimamente se le veía muy solo en sus estancias en la Isla Bonita. Fuentes policiales y conocidos confirman que su dependencia de las drogas era muy fuerte. En sus estudios, se decantó inicialmente por la formación profesional. Era técnico superior en Automoción. Pero, con esa base, actualmente estudiaba Ingeniería Mecánica en Madrid.

Los mensajes hacia sus seguidores en redes sociales eran heterogéneos. En uno de ellos, Ricardo Ortega asegura que "siempre queda ese hilito de esperanza, hasta que se rompe".

En otro se pregunta "por qué prevalecer el culto de poder foll... con cualquiera, en vez de buscar un amor puro y verdadero"; o bien, la importancia del valor de la amistad. En diversas ocasiones colgó fotografías de sus paseos por el monte y su satisfacción por observar vida en cualquier rincón. Otras veces aparece en una acampada o disfrutando de una zambullida en el conocido como Charco Azul.

Por circunstancias que ahora se investigan, en la madrugada del pasado viernes, Ricardo Ortega decidió acabar con la vida de sus padres y su abuelo en el domicilio familiar, en medio de una finca de plataneras de Los Llanos de Guaza.

A pesar de su relato de un robo con un ladrón muy violento, desde primeras horas de la mañana se le consideró sospechoso del triple asesinato. Y poco después confesó los hechos ante los investigadores de la Guardia Civil.

Pasa a disposición judicial mañana

Ricardo Ortega, acusado de las tres muertes violentas de sus padres y abuelo adoptivos, pasará a disposición judicial mañana por la mañana. Así, los agentes de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial que llevan las pesquisas agotarán las 72 horas que les otorga la legislación para poner al detenido a disposición del magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Arona, Nelson Díaz Frías, que se halla de guardia en estos días.

Una explotación integrada en BonaOro

La explotación agraria propiedad de Luciano, Carmen Nola y Antonio Ortega en la zona de Guaza, en el municipio de Arona, estaba integrada en la cooperativa BonaOro. Desde hace varias décadas, Luciano decidió invertir parte de los ahorros obtenidos en Venezuela en una finca donde poder producir plátanos. Esta filosofía fue aplicada por decenas de palmeros en el Sur de Tenerife, en diferentes municipios.

Una familia apreciada en San Andrés y Sauces

Todos los veranos y en algunas fiestas de Navidad, Luciano, Carmen Nola y Antonio viajaban hasta San Andrés y Sauces para encontrarse con sus vecinos y compartir recuerdos y tradiciones. Un conocido señala que los tres "se relacionaban a la perfección con todo el mundo". Esa percepción es la misma que tienen la inmensa mayoría de los vecinos de Los Llanos de Guaza y Guaza, los barrios entre los que estaban los invernaderos de la familia asesinada.

Nola, muy apreciada en Los Cristianos

Una vecina de Los Llanos de Guaza explicó que la familia también poseía una vivienda en el núcleo de Los Cristianos. Durante décadas, Carmen Nola ejerció como maestra en el colegio "de toda la vida" del pueblo costero. Actualmente, era la encargada de Infantil de cuatro años. El trágico suceso también provocó una conmoción entre sus compañeros docentes. En dicho centro trabajan algo más de cuarenta profesores.

Antonio Ortega, gran aficionado al dominó

Antonio Ortega, de 68 años y natural de Barlovento, era un gran aficionado al dominó. Según algunas fuentes consultadas, había disputado campeonatos de España. Y, supuestamente, entre sus objetivos figuraba competir en el campeonato de Europa. Este grave caso de violencia doméstica ha generado gran conmoción en todo el Archipiélago, especialmente entre sus conocidos en La Palma y Tenerife.