Una operación de la Guardia Civil se ha saldado con la detención de 15 personas que trasladaban a migrantes en patera por la frontera sur española en viajes de más de 14 horas y en condiciones precarias que ponían en riesgo sus vidas, y después les empleaban ilegalmente en invernaderos andaluces sin ningún tipo de protección laboral.

Se trata de la Operación Crucero, por la que la Guardia Civil ha constatado que en sólo cuatro meses, parte de los detenidos, integrantes de una organización criminal de tráfico de personas, han realizado al menos diez traslados de inmigrantes desde Marruecos en los últimos cuatro meses, embarcando en patera a más de 150 personas, incluido menores de edad, y embolsándose a cambio en torno a 350.000 euros.

Durante la operación, se registraron siete domicilios en las provincias de Granada, Madrid, Murcia y Albacete en los que fueron identificados 27 migrantes entre los que había menores de edad no acompañados, un perfil "frecuente" de víctimas de explotación laboral en invernaderos de la zona.

Según explica el Instituto Armado, las investigaciones comenzaron a principios de enero a raíz de la llegada de varias pateras a las costas próximas a Barbate (Cádiz). La Guardia Civil inició un estudio sobre la periodicidad de estas llegadas que permitió identificar y detener a uno de los individuos encargados de recoger a los inmigrantes a su llegada a la costa.

La detención destapó un "complejo entramado criminal" que se asentaba entre España y Marruecos. La parte de la estructura ubicada en Marruecos se encargaba de realizar la captación de personas con necesidad de cruzar el Estrecho, trayecto en patera a cambio del que cobraban entre 1.500 y 2.000 euros.

Las salidas se realizaban normalmente de noche, desde localidades marroquíes situadas en la costa atlántica. Tras 14 hora de viaje llegaban a playas gaditanas próximas a Barbate o Bolonia, donde se les entregaban tarjetas españolas de telefonía que debían activar a su llegada para asegurar el constante contacto.

Mientras, la parte de la organización asentada en España recogía a los migrantes y los trasladaba a pisos de las localidades de Motril, La Rábita y alrededores, donde se les exigía un segundo pago no pactado que debían afrontar ellos mismos o sus familias en Marruecos.

Desde enero de 2018, la Guardia Civil ha acreditado hasta 10 traslados de este tipo. Se realizaban en pateras y neumáticas donde llegaban a embarcar entre 20 y 40 personas: Más de 150 personas habrían sido así trasladadas a la península en ese periodo, dejando a la organización una "recaudación" aproximada de 350.000 euros.

Entre los 15 detenidos están los miembros de la organización criminal acusada de tráfico de seres humanos pero también varios de los propietarios o gestores de los invernaderos en los que trabajaban después estos migrantes en situación irregular, sin ningún tipo de contrato laboral y omitiendo las responsabilidades debidas en materia de cotizaciones.

TAMBIÉN TRAFICABAN CON DROGAS

Esta organización a caballo entre Marruecos y España no sólo traficaba con personas, según la investigación. Los agentes averiguaron que utilizaban las pateras y las neumáticas también para enviar hachís y de hecho, en "muchas ocasiones" eran los propios inmigrantes quienes cargaban la droga: En una de las llegadas, la Guardia Civil se incautó de 140 kilos de hachís.

La investigación, llevada a cabo por el Servicio de Información de la Guardia Civil, continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones. La operación se ha desarrollado bajo la supervisión y dirección del Juzgado mixto nº 3 de Motril (Granada).