El número de víctimas de extorsión sexual o "sextorsión" en el Reino Unido se triplicó en los últimos años, de 429 casos registrados en 2015 hasta 1.304 en 2017, según datos de la Agencia Nacional del Crimen (NCA) británica.

La "sextorsión" o extorsión sexual es un delito que consiste en chantajear a una persona con un vídeo de sí misma desnuda o realizando actos sexuales, a cambio de evitar su difusión.

La NCA considera que el número de víctimas es mucho mayor de lo que indican las cifras oficiales, puesto que la propia naturaleza del crimen hace que no se denuncien todos los casos.

Las autoridades británicas destacan que estas coacciones provienen en numerosas ocasiones de bandas de crimen internacionales, asentadas en países como Filipinas o Marruecos.

"Decenas de miles de personas, sobre todo hombres jóvenes, se ponen a sí mismos en peligro", alertó hoy Roy Sinclair, de la NCA, sobre los riesgos de ser grabados por Internet en un contexto de actividad sexual.

El consejo de la Agencia para las personas que se encuentran en esta situación es mantener la calma, no acceder a la entrega de dinero y contactar inmediatamente con la policía.

En este sentido, advierte de que las víctimas que acuden posteriormente a denunciar el chantaje, normalmente ya no tienen manera de recuperar el dinero ni de saber quién es el culpable del delito.

Simon es una de las víctimas que ha accedido, bajo un nombre ficticio, a relatar su historia a los medios británicos tras conocerse estos datos alarmantes.

Este hombre conoció a una mujer por la red y comenzaron a hacer frecuentemente vídeollamadas, hasta que se prestó a ser grabado mientras se masturbaba y, según dijo, la pantalla "se volteó" para devolverle sus imágenes en bucle.

"Sé que este tipo de cosas pasan, pero nunca esperas que sea a ti", sostuvo, al tiempo que agregó que le pidieron que ingresara una determinada cantidad de dinero en una cuenta de Filipinas o mandarían el vídeo a toda su familia y amigos.

"No sé cómo consiguieron los nombres y contactos de todos mis amigos, familia y compañeros de trabajo. Todo se tornó mucho más siniestro en ese punto", aseguró Simon.

"Estaba decepcionado con que alguien pensara en hacerle algo así a alguien. Estaba enfadado conmigo por dejarlo pasar, por ser tan estúpido", lamentó.

Joanne Bocko, oficial de Protección Cibernética de la Policía de Avon y Somerset, al sur del Reino Unido, avisó también de los peligros de acceder a ser grabado.

"Recomendaríamos a la gente que no se desnudara ante una cámara, pero entendemos que puede pasar", lamentó.

"La gente necesita saberlo, una vez ese material está grabado está fuera de su poder lo que pueda pasar", señaló Bocko, para apuntar que al menos cinco personas se han suicidado en este país por este motivo.