La Guardia Civil ha desmantelado una organización dedicada a la falsificación, distribución y venta de los vinos Pingus, Flor de Pingus y Vega Sicilia Único, unas exclusivas botellas que, en algunos casos, llegaron a vender por 1.900 euros y que contenían en realidad un vino de 19 euros.

Cuatro personas han sido detenidas y otras cuatro imputadas por los delitos de pertenencia a organización criminal, contra la propiedad industrial, contra la salud pública, estafa y blanqueo de capitales en la operación Tag, desarrollada en A Coruña, Madrid y Málaga.

Los investigadores creen que la red desmantelada llevaba actuando desde 2014 y que habría llegado a vender más de 1.500 botellas solo de la marca premium de Pingus, aunque se sospecha que la cifra sea mucho más elevada en el caso de Vega Sicilia.

Para la adquisición y posterior falsificación del vino, los detenidos compraban a una bodega con denominación de origen Ribera del Duero palés de 500 botellas, pero a un precio por unidad mucho más barato, unos 19 euros. Luego las envasaban igual que Pingus o Flor de Pingus, imitaban su etiquetado y hasta serigrafiaban los corchos de forma artesanal igual que la marca.

En el caso de las botellas de Vega Sicilia Único, el precio del vino original era de unos 100 euros (Vega Sicilia Quinta Valbuena) pero los arrestados llegaron a vender botellas por más de 1.400 euros.

Una venta que realizaban por tres vías: en internet a través de una web especializada, en un restaurante exclusivo de A Coruña de uno de los detenidos, y en un portal de subastas para clientes internacionales, uno de ellos, un ciudadano danés llegó a devolver las tres botellas que había comprado de Vega Sicilia porque se dio cuenta de que era falso.

Sin embargo, fue una denuncia de Pingus la que en octubre dio origen al inicio de las pesquisas tras la sospecha de uno de los comerciales de esta marca que vio en internet el reclamo de la venta de unas botellas, según han explicado en rueda de prensa el coronel jefe de la Comandancia de Madrid de la Guardia Civil, Diego Pérez de los Cobos, y el teniente Abel Marín, jefe del equipo de delincuencia informática de esta comandancia.

A partir de ahí, y con la denuncia ya en manos del juzgado número 4 de Navalcarnero (Madrid) la Guardia Civil comenzó a tirar del hilo y llegó hasta la web de venta de este tipo de vino exclusivo que, en el caso de algunas botellas de Pingus 2004 y 2006, llegaban a superar los 1.000 euros, incluso a alcanzar los 1.900.

Toda la falsificación se hace en Cerceda (A Coruña) donde los detenidos tienen su base de operaciones: un taller clandestino donde se realiza el trasvase del vino más barato y se procede al etiquetado de las mencionadas marcas exclusivas.

Además, la organización empleaba también un restaurante en A Coruña con reservas muy limitadas y privadas para vender el vino. El propietario llegaba a organizar catas privadas con especialistas para descubrir qué tipo de vinos se parecían más a los que quería falsificar.

En los seis registros practicados en Madrid, A Coruña y las localidades malagueñas de Marbella y San Pedro de Alcántara, los agentes han incautado todo tipo de material para el fraude, desde más de 1.600 etiquetas ya listas para pegar en las botellas de Pingus falos y otras 2.000 de Vega Sicilia Único hasta sellos, tampones para crear nuevas etiquetas o corchos.

También cajas de madera, collarines y bases metálicas para dar un aire más convincente y exclusivo a la falsificación.

Los responsables de la operación Tag han descartado que haya vino falso en circulación, ya que las ventas eran muy limitadas, si bien han aconsejo a los ciudadanos que no se dejen llevar por reclamos de productos de lujo que se venden pro cauces no oficiales.