El Jurado del caso de la muerte de la transexual Lorena consideró que los hechos no quedaron probados en cuanto que ningún testigo reconoció directamente al procesado en el lugar del suceso (el cuarto de la víctima, desde cuya ventana se precipitó al patio cuando intentaba huir de una supuesta agresión).

El Tribunal Popular basó su veredicto absolutorio en las contradicciones "evidentes" que surgieron en los días de juicio. Por ejemplo, solo un vecino que es policía dijo que vio al hombre en la habitación, mientras que el resto de testigos no lo reconoció e, incluso, algunos indicaron que no vieron a nadie. Una mujer que compartía piso con la víctima declaró en sede judicial que la otra compañera la instó a dejar la casa porque había un hombre con una pistola. Pero en la vista, la misma persona se pronunció en sentido contrario. Señaló que era Roberto quien intentaba calmar a Lorena y que esta se hallaba muy alterada y nerviosa.

El Jurado dijo que no hay pruebas de que el acusado volvió a entrar en la vivienda después de que la testigo los viera en el pasillo y aseguró que era imposible, dado que la puerta quedó totalmente cerrada.

La mujer tenía una herida de arma blanca, pero en el cuchillo hallado en el coche de Roberto nunca se encontró sangre de la víctima ni restos biológicos. Tampoco se halló ADN de Lorena en las uñas del acusado.