El periodista Alfonso Egea desentraña en el libro ''29 balas y una nota de amor'' (Sin Ficción) la investigación del asesinato del guardia urbano de Barcelona Pedro Rodríguez por el que llevan un año y medio en prisión provisional la que era su novia y el amante de ella, Rosa Peral y Albert López, ambos agentes del mismo cuerpo: "Fue un crimen apasionado. A Pedro lo mataron desde las entrañas".

En una entrevista de Europa Press, Egea ha destacado, tras analizar pormenorizadamente la investigación de los Mossos d''Esquadra dirigida por un juzgado de Vilanova i la Geltrú (Barcelona): "Las pruebas conducen a una conclusión, ambos tienen algo que ver en la muerte. El gran reto es determinar qué es lo que ha hecho cada uno, es lo realmente difícil".

El 4 de mayo de 2017 los investigadores encontraron el cadáver de Pedro Rodríguez en el maletero de su coche completamente calcinado en una pista forestal cerca del pantano de Foix, en Castellet i la Gornal (Barcelona), y según el primer informe forense, la muerte fue violenta, de origen homicida.

A partir de este punto, arranca una investigación de los Mossos para localizar a los autores del crimen, y el 13 de mayo, tras varios días de pinchazos telefónicos y sospechas, detienen a Rosa Peral y Albert López como presuntos autores: tras un año y medio, siguen en prisión preventiva a la espera de que les juzgue un jurado popular.

Los dos principales sospechosos se han acusado mutuamente del crimen cuando han declarado en sede judicial: Rosa Peral asegura que López mató a la víctima y que ella solamente le ayudó a deshacerse del cadáver y le encubrió por un miedo insuperable; él, en cambio, defiende que fue ella quien acabó con la vida de su novio y que le pidió ayuda posteriormente para quemar el coche.

Sobre quién fue el autor material, Alfonso Egea asegura que para los investigadores no es lo primordial, sino que lo es el hecho de que la suma del binomio Rosa Peral y Albert López equivale a la muerte de Pedro Rodríguez, aunque apostilla: "Si pones en una balanza quién pudo ser el autor: la balanza se inclina ligeramente sobre Rosa Peral".

"La conclusión a la que te lleva la investigación es que Pedro se encontró con las personas menos adecuadas y que él supuso un problema para estas personas, y que los dos (Rosa y Albert), de forma incomprensible, decidieron zanjar el problema con él acabando con su vida", ha relatado.

MÓVIL DESCONOCIDO

"Yo no sé por qué asesinaron a Pedro Rodríguez, solamente sé que estas dos personas se han movido en momentos muy delicados por motivaciones muy personalísimas. El ''modus operandi'' indica que a Pedro lo han matado dos personas por una razón personal", ha argumentado.

De hecho, el día que murió --según determinó la investigación, la noche del 1 al 2 de mayo--, nadie había decidido que Pedro Rodríguez tenía que morir, no fue un crimen planificado, y por eso sus autores cometieron muchos errores: "Tuvieron que improvisar".

Sin embargo, los presuntos autores quisieron "escenificar" una muerte al abandonar un coche calcinado, y apuntar hacia motivaciones mafiosas, tomándose muchas molestias para manipular la investigación desde el inicio.

Egea ha destacado que la investigación de los Mossos ha sido "brillante y valiente", de las mejores que ha visto en su carrera como periodista de Sucesos, ya que los policías entendieron desde el principio que estaban delante de un decorado, que había gente que mentía, y lo vieron a tiempo, demostrando mucho olfato, ha resaltado.

ARMA DEL CRIMEN

El modo en que el policía murió no se pudo determinar debido al estado que presentaba su cadáver, pero se ha barajado la asfixia, envenenamiento, un hacha e incluso una bala (el título alude a la bala que faltaba en el arma reglamentaria de Rosa Peral), aunque para el periodista seguramente fuera una combinación de varios.

Lo que sí está claro es que el día que se descubre el cadáver los dos sospechosos acudieron juntos a un almuerzo organizado por compañeros del cuerpo y Rosa Peral hizo una foto clave para los investigadores en actitud distendida, ella sacando la lengua: "Se quitaron de en medio a Pedro y consideraban que era un capítulo cerrado y que podían seguir con sus vidas".

ROSA, PELIGROSÍSIMA Y PODEROSÍSIMA

Egea, que admite fascinación por el personaje de Rosa Peral, pese a que ha evitado contacto con ella a la hora de escribir el libro debido a que ha querido evitar su influencia, asegura que es una mujer "peligrosísima y poderosísima".

La policía, a quien el periodista apoda ''Pantera Rosa'', es una mujer convencida de siempre tener la razón: "Nunca da su brazo a torcer, y mantendrá siempre su versión, y hasta lo hará en un juicio por asesinato".

El autor recuerda que muchas de sus parejas han hecho hincapié en que no soporta sensación de rechazo y abandono y jamás permitirá que la dejes; sobre quién sería vencedor en un posible careo, zanja: "Rosa siempre gana, eso la convierte en un personaje exasperante".