Un policía al que un luchador de artes marciales dejó en coma cuando intentaba impedirle que agrediera a su pareja ha sido reconocido hoy con la Delegación del Gobierno en Canarias por su compromiso en la lucha contra la mujer, en un acto en el que ha dicho que volvería a actuar igual.

"Lo volvería a hacer, sí o sí. Me siento agradecido y honrado", ha señalado a los periodistas Francisco Javier Escó, un policía nacional destinado en Las Palmas de Gran Canaria, que estuvo varias semanas en coma a raíz del golpe que le propinó el maltratador.

Los hechos sucedieron hace cuatro años, en 2014, cuando este policía de origen asturiano y su compañero de patrulla intentaron proteger a una mujer que estaba siendo agredida en la calle, y recibieron los puñetazos del maltratador, un luchador de "vale tudo", un tipo de combate extremo en el que se permite casi todo.

El agresor fue condenado a tres años y medio de cárcel por las lesiones que ocasionó al agente Escó, tras un juicio en el que la mujer a la que este ayudó negó que estuviera siendo maltratada en ese momento. Su versión fue que su novio y ella solo discutían.

Dos años después, la mujer denunció por violencia machista al agresor y confesó que si no lo había hecho antes, ni siquiera en el juicio por el golpe al policía, fue porque le tenía miedo.

"Me siento muy honrado", ha señalado hoy Francisco Javier Escó tras recoger el premio Menina contra la Violencia Machista. "Yo solo hacía mi trabajo, igual que el resto de policías y miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado".

El agente Escó ha relatado que cuando despertó del coma y le contaron lo que le había pasado -por él no recuerda nada-, solo pensó en volver cuanto antes a trabajar.

"Soy policía. Es lo que me gusta: ayudar a la gente, a las mujeres más y todo el que lo necesita", ha insistido este funcionario público, que luce en su cabeza dos grandes cicatrices por la cirugía a la que fue sometido tras las lesiones cerebrales que le ocasionó el luchador de "Vale Tudo".