El asesino confeso de Laura Luelmo, Bernardo Montoya, fue a un centro de salud por un golpe en las costillas dos días después de la desaparición de la profesora, según ha explicado el coronel de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva en rueda de prensa para explicar los detalles de la investigación.

Según ha precisado, Bernardo Montoya era un "sospechoso con mayúsculas" y el viernes 14 de diciembre, dos días después de la desaparición de la profesora, éste acudió a un centro de salud de Cortegana porque se quejaba de un golpe en las costillas.

"Pensamos que pudo ser por un forcejeo con Laura", ha precisado al tiempo que aclaraba que ese hecho hizo incrementar las sospechas sobre Bernardo Montoya.