La Fiscalía solicita un total de 12 años de cárcel y el pago de una indemnización de 120.000 euros a J. D. D. G. por considerarlo autor de un presunto delito de homicidio del que fue víctima un turista británico de 39 años que pasaba sus vacaciones en el Puerto de la Cruz. Los hechos tuvieron lugar en la madrugada del 13 de julio de 2015, aunque el supuesto autor no llegó a ser detenido hasta septiembre, momento en el que ingresó en prisión provisional.

El Ministerio Público, en sus conclusiones provisionales, relata que el acusado mantuvo una discusión con el ciudadano británico, a quien le propinó varios puñetazos en la cara y en el cuerpo. Una vez que se encontraba acorralado en el muro del barranco Martiánez, lo empujó y cayó ocho metros, lo que le produjo traumatismo cráneoencefálico y la muerte.

Tras la entrada en prisión del sospechoso se le impuso una fianza de 15.000 euros que luego se rebajó a 4.000, quedando en libertad provisional a finales del mes de septiembre. La Fiscalía argumenta que la indemnización debe ser pagada a la pareja sentimental del turista, que residía en la localidad inglesa de West Yorkshire por los perjuicios morales que le ocasionó el fallecimiento.

Durante la vista oral con jurado fijada para febrero está previsto que intervengan los agentes que participaron en la investigación y se procederá al visionado de las cámaras de seguridad situadas en los alrededores. Igualmente, se dará cuenta de los resultados del informe toxicológico, autopsia y declaraciones de testigos, entre ellos dos amigos que en su momento estuvieron imputados por supuesto encubrimiento.

En un principio se llegó a pensar que se trataba de un accidente, pero posteriormente la Policía confirmó que se había producido un encontronazo entre el fallecido y el acusado en un bar de la localidad turística norteña.

A continuación, el imputado, junto con su novia y otro amigo, lo encontraron en los alrededores del Barranco, que fue donde se produjo el supuesto homicidio. Todos ellos aseguraron que la muerte fue casual, aunque en ningún momento llamaron a los servicios de urgencias para socorrer a la víctima. La Policía también procedió a pinchar los teléfonos de los que consideraba implicados y como resultado de todo ello llevaron a cabo las correspondientes detenciones.