La Policía Nacional desmanteló una organización dedicada al robo de vehículos en el distrito madrileño de Hortaleza, que falsificaba su documentación con la de otros coches siniestrados y los vendía en Polonia.

La red se centraba en robar coches de gama media, que posteriormente enviaba a una pequeña localidad de Guadalajara para dejarlos "enfriar" y, finalmente, completar su falsificación.

Para ello, sus integrantes acudían a empresas dedicadas a la compra-venta de vehículos siniestrados, donde adquirían a bajo coste coches de la misma marca, modelo y antigüedad que los robados y, de esta manera, obtenían su documentación original.