La propietaria de una agencia de viajes situada en Puerto de la Cruz, C.D.G.D., acusada de haber estafado a cincuenta clientes, justificó la decisión de cerrar el negocio el 10 de mayo de 2016 debido a la crisis económica y a una depresión. En la última jornada del juicio en la Audiencia Provincial, relató, a veces entre lágrimas, que las ventas empezaron a descender de forma alarmante en los meses anteriores. Por esta razón tuvo que despedir a los seis empleados con los que contaba, alguno de los cuales llevaba 25 años con ella y comenzó a contraer muchas deudas. El 10 de mayo se derrumbó psicológicamente e ingresó una semana en el área de Psiquiatría de un hospital y permaneció medicada un año.

"Esta ha sido siempre la vocación de toda mi vida, luché hasta el final para defender a mis clientes y a mis empleados. Lo último que quería era fracasar con ellos pero llegó un momento en el que me tuve que enfrentar a la realidad de que no podía seguir adelante", dijo la acusada.

Justificó que prefería los abonos en efectivo por que hacerlo a través de las tarjetas le resultaba demasiado caro. Indicó que el error de muchos de los que a lo largo de estos días han declarado sentirse estafados es que en realidad "el pago de un billete no significa que haya sido emitido. La culpa no era mía. Siempre luché y defendí a mis clientes".

También declaró la administradora de la sociedad con la que trabajaba la acusada desde 2012, porque ella no estaba autorizada para emitir pasajes. Dijo que nunca hubo problemas hasta el final, cuando vio cómo se llegó a acumular una deuda de 9.000 euros. "Me empezó a llamar apurada pero su familia me decía que como acababan de vender una casa no me preocupara que me iban a pagar. La verdad es que nunca pensé que me iba a dejar colgada", indicó.

Cuando la situación económica empezó a ser preocupante, el hermano de la acusada fue nombrado administrador único y pidió un crédito personal por 23.000 euros al que aún sigue haciendo frente. En total, son más de 400 euros mensuales, "la mitad de mi sueldo", señaló. Aseguró que siempre desconoció la situación económica real de la empresa.

"Hasta el final suponía que iba bien porque ella siempre se había dedicado a esto y nunca tuvo problemas", añadió el testigo.